Capítulo 14

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15 de septiembre, 2020

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15 de septiembre, 2020.

Graziella esa mañana no volvió a casa, la llamé varias veces y le envié varios mensajes, pero ninguna contestación. Estaba algo preocupado, pero sabía que podía cuidarse sola y cuando quisiera volvería. Si mañana no regresaba llamaría al agente Riley para comunicarle que algo estaba pasando con Graziella, mientras seguiría trabajando en la misión.

Mi móvil estaba vibrando, por un segundo pensé que era Graziella, pero el nombre que aparecía en la pantalla el de Lydia Greco.

—¿Lydia?

—Hola, Massimo. Todo listo, quiere que vayas a su casa ahora mismo, te está esperando.

—Muchas gracias.

Colgué y me preparé, me vestí de traje como hacía cada mañana. Nada más despertarme siempre me imaginaba a Chiara a mi lado despertando feliz con una sonrisa y dándome un beso medio dormida. Era lo que más deseaba en el mundo, era la persona que más deseaba en mi vida.

Aparqué el coche frente a la gran mansión Ventura, como siempre la señora que cuidaba la casa me atendió ofreciéndome algo de beber, pero yo tenía prisa de hablar con Luciano, por dentro estaba bastante arrepentido de lo que había hecho, pero ya no tenía vuelta a atrás.

—¿Señor Ventura? —golpeé la puerta tres veces.

—Pase, le estoy esperando.

—Dígame lo que necesita. —Me senté frente a él, como siempre tenía un vaso lleno de cualquier licor que le gustase tomar a esas horas de la mañana.

—Estoy preocupado por mi hijo.

—¿Le ha pasado algo? —quise poner mi voz de preocupación y pareció que coló a la perfección.

—Oh, no, pero necesito que hagas algo por mí, para asegurarme de que todo está bien.

—Claro, estoy a su disposición en todo momento.

—Quiero que siga a mi hijo y vea lo que hace y con quién anda, necesito saber lo que hace en cada momento.

—¿Sospecha de él?

—De él no, sino de la persona con la que comparte su tiempo. ¿Puede hacer eso por mí?

—Por supuesto, ¿quiere que me ponga ahora mismo con eso?

—Sí, Annetta ha preparado un desayuno exquisito, puede ir si quiere y pedirle uno.

—No quiero abusar de su confianza, pero salí de casa sin desayunar, si no le importa...

—Vaya, no hay ningún problema.

Aproveché esa libertad que me dio para desayunar algo, antes de seguir a su hijo, que estaría en su oficina, quise darme una vuelta por la ciudad por si veía a Grace e incluso ir al apartamento para ver si había vuelto.

La Infiltrada (+18)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora