犬 : Colmillos. ⌗‾ » sungsun «.

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Capítulo 8.
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*Capítulo sin la pareja principal.*

— Aquí tiene su orden señor, americano en las rocas.

— Muchas gracias.

Jay da una sonrisa un tanto forzada al mesero del elegante sitio, que es borrada al instante cuando este mismo da la media vuelta. No por malagradecido, sino por el nerviosismo que le estaba carcomiendo en ese momento.

Era sábado, lo que significaba, cita con su profesora Soojin, o como a él le gustaba llamarle: "la bruja".

Sabía que la mayor era linda, debía admitirlo, pero definitivamente no era su tipo y, él estaba completamente enamorado de su gatito, solo tenía ojos para él y desde que lo conoció, él no se sentía atraído por nadie más que no fuera el lindo Yang.

Quería que ya fuera sábado por la noche, cuando posiblemente haya terminado la espantosa salida con la mayor.

Por más que deseaba irse, sabía que no era lo correcto, no solo porque hizo la promesa, sino porque sabía que si no se presentaba esa tarde, terminaría separando a Sunghoon y Sunoo, y peor aún, terminaría haciéndole la vida escolar imposible al par de tórtolos, a su gatito y a él.

La mira entrar, notando cómo llamaba tanto la atención por parte de los empleados y clientes que se encontraban ahí, portando con un lindo vestido floreado y unas sandalias con tacón.

Camina hacia él, dándole como siempre, una sonrisa coqueta con sus labios pintados en un rojo vino.

Bueno, manos a la obra.

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— Aquí tiene la cuenta, señor.

Jay saca un par de billetes para dárselos al mesero, asegurándose de dar una buena propina, muy merecida después de soportar amablemente los exigentes pedidos de la mayor.

"¡Mesero! Está muy caliente"

"¡Mesero!, está muy frío."

"¡Mesero! Pedí leche light en mi café, esto claramente es leche entera."

"¿Cuantas calorías tiene este postre?"

"Quiero este, no, mejor este, no, este mejor."

Mesero, mesero, mesero.

Su cabeza explotaría en cualquier momento, definitivamente no sabía si darse de baja de la escuela o de la vida.

— Jaynnie, ¿podrías llevarme a casa?.

Jay voltea a verla como si tuviera tres ojos.

— Usted tiene auto.

— Por supuesto que lo tengo, pero hoy decidí venir caminando y ahora mis pies duelen, posiblemente fue la leche entera que me dieron.

— Era light, sabía exactamente igual.

— Bueno eso no importa, ¿podrías llevarme?