犬 : Colmillos. ⌗‾ » sungsun «.

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Capítulo 32.
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Heeseung se encontraba recargado en el barandal del pequeño balcón del primer piso.

Habían decidido hacer el plan de rescate en la casa Park, para estar mas cerca de la sociedad en dado caso que se presente algún inconveniente, pues la casa del japonés se encontraba más alejada en el bosque.

Ya era un poco tarde, posiblemente las tres de la madrugada, pero desde el balcón podía ver todo el movimiento que había aún en la sala principal, que era donde todos habían decidido llevar frazadas y poder descansar en los sofás.

Al parecer no era el único que no podía conciliar el sueño, pues hasta donde sabía, el único que había quedado dormido era Jungwon, quien se encontraba descansando en el regazo de su novio, mientras este conversaba un poco con Wonyoung, Xiaoting y Sunghoon.

Inhala el humo del cigarrillo para pasarlo por su garganta y terminar exhalandolo por su nariz.

Su cabeza dolía mucho, pues los problemas lo atormentaban de manera casi asfixiante, y uno de los principales eran los celos extremos que estaba sintiendo al ver a Jake y Riki de esa manera.

Su amor por Jake desgraciadamente cada día incrementaba más, y para él era una jodida broma que le estaba jugando el destino al ver como ambos chicos cada vez se hacían más y más cercanos.

No supo en qué momento su corazón empezó a latir alocadamente por el australiano, pero cada vez que lo veía, sus ganas de mandar todo a la mierda e ir por él para besarlo y decirle cuanto le gustaba, aumentaban rápidamente.

Quería pedirle que lo perdonara por ser un idiota, por no poder entender el precioso chico que era y que aunque no lo mereciera, quería otra oportunidad para poder enmendar todos sus errores.

Su capricho por Sunoo lo hizo cegarse por completo y no poder ver que el amor de su vida esperaba por un poco de atención y amor de su parte.

Tan solo recordar eso, hacia que su nudo en la garganta se formara y se sintiera molesto con él mismo, pues tan solo pensar en la oportunidad gigantesca que tuvo en ser el chico de Jake y en cómo la desperdició, hacia qué se sintiera un verdadero estupido.

Y como consecuencia ahora no le quedaba de otra más que resignarse a ver como el amor de su vida había encontrado a su propio amor, pues no era capaz de luchar por él y meterse en la relación y vínculo tan fuerte que habían creado.

Sin embargo, su corazón siempre le pertenecería a su lindo australiano, y sin importar qué, siempre velaría por su sueño y protegería de todo mal del mundo exterior que quisiera hacerle daño.

Seria su ángel guardián.

Da otra inhalada a su cigarro y observa a su alrededor, mirando el lindo paisaje que daba el reflejo de la luna con el agua de la piscina y la naturaleza del bosque, junto con las pequeñas lucecitas flotantes conocidas como luciérnagas.

Escucha el sonido del encendedor cuando alguien se posa a su lado y de igual forma, ve el paisaje con un cigarrillo en mano.

Gruñe sin poder evitarlo, desviando su mirada a cualquier lado que no sea donde se encontrara dicha persona.