犬 : Colmillos. ⌗‾ » sungsun «.

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Capítulo 23.
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Sunghoon suelta un pesado suspiro, echando su cabeza hacia atrás, pensativo.

Se encontraba en la puerta de la casa Nishimura, indeciso si era lo correcto tocar el timbre o huir de esa casa que tantos recuerdos y escalofríos causaba en su persona.

Si bien, esto lo quería hacer solo por Sunoo, porque él se lo había pedido, y porque sabía que al tener a Riki como enemigo, su pequeño sol también estaría involucrado, y lo que menos quería, era que terminara lastimado por alguna maldad del japonés.

Decidido a mejor irse y regresar otro día, da la media vuelta para volver a su auto, pero no contaba con que la puerta terminaría siendo abierta, encontrándose con la delgada figura de la madre de Ni-ki.

— ¡Sunghoon, cariño! ¿Qué te trae por aquí?

Sunghoon voltea y da una pequeña sonrisa incómoda, maldiciendo mentalmente al ser descubierto.

— Qué tal, señora Nishimura, yo... yo venía a conversar con Riki sobre un tema, pero supuse que estarían ocupados y mejor regreso otro día.

— ¿Quieres hablar con Riki? ¿Por tu propia cuenta?.—La mujer alza ambas cejas, sorprendida.— Eso es maravilloso, Ni-ki no está haciendo nada importante, puedes pasar a buscarlo.

Sunghoon suelta un pequeño suspiro y entra a la casa junto con la mayor, resignado a su destino.

— Muchas gracias, señora Yeji.

— No agradezcas, corazón... Ni-ki está en su habitación, puedes subir con confianza, solo está empacando unas cosas.

— ¿Se regresará con ustedes a Japón?

— Oh no, mi retoño está dejando el nido, Sunghoon.— La mayor suelta un suspiro triste.— Él se quedará en Corea, pero se independizará para representar a su padre en la empresa de este país.

Sunghoon asiente, un poco desanimado al no obtener la respuesta que quería.

— Entiendo, bueno con su permiso, me retiro hacia la habitación de Riki.

— Adelante cariño, estás en tu casa.

El menor le da una última sonrisa y se dirige a la habitación del japonés. Cuando la encuentra observa unos segundos la puerta y decide tocar, golpeando sus nudillos con esta.

Tardan unos segundos en atender, hasta que la puerta de abre bruscamente dejando ver a su menor en ropa cómoda, observando su ya conocida mirada con aburrimiento la cual cambia a una sorprendida al ver al mismísimo Park Sunghoon tocando la puerta de su habitación.

— ¿Pero que mierda...?

— Hola Riki.

— ¿Que haces aquí?

— Vengo a hablar contigo.

— Si es por la misma mierda de todo el tiempo, no me interesa, largo.

— No me iré de aquí hasta hablar contigo.

Riki rueda los ojos, y con resignación mueve su cuerpo de la puerta para dejar pasar al mayor, quien echa un pequeño vistazo a la habitación y se queda parado en el mismo lugar, dirigiendo su mirada a él.