犬 : Colmillos. ⌗‾ » sungsun «.

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Capítulo 31.
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Jake se encontraba en las piernas de Riki compartiendo un profundo beso, sentado con cada pierna enrollando su cadera, mientras tomaba con sus manos las mejillas del japonés y este su cintura.

El australiano se separa escuchando un chasquido, mientras trataba de controlar su respiración agitada, en consecuencia al largo beso que habían compartido.

Riki atrapa de nuevo sus labios y Jake suelta una risita, separándose de nuevo.

— Calma, a este paso me dejarás sin labios.

— No puedo dejar de besarte.

— ¿Te gusta hacerlo?

— Solo un poco.

Ambos sonríen y unen de nuevo sus labios, con más intensidad y lujuria.

Jake toma su nuca y cuando está por ladear su cabeza para profundizar el beso, entra uno de los guardaespaldas del menor.

— Señor Nishimura.

Se separan y Riki gruñe mirándolo con una mirada dura.

— ¿Qué acaso no te he enseñado a que nadie puede entrar sin antes tocar la puta puerta?

— Señor una disculpa, pero es urgente, hay un gran problema.

Ambos amantes fruncen el ceño y Jake sale de su regazo para que ambos pudieran acomodar sus ropas y levantarse del sofá.

— ¿Qué ocurre? No te quedes callado.

— Los hijos del señor Park Jeongguk han entrado al terreno hechos una furia, están exigiendo verlo, quisieron entrar a buscarlo pero los hemos detenido.

Jake siente sus músculos tensarse mirando preocupado a Riki, quien solo rueda los ojos y asiente.

— Bien hecho, ¿en donde están?

— Sala principal, señor.

— Bien. Puedes retirarte, mantenlos vigilados.

El guardaespaldas asiente y dando unas reverencias sale de la habitación.

Riki voltea y encuentra a Jake parado detrás de él, con sus brazos cruzados y una expresión preocupada inundando su rostro.

— ¿Qué sucede?

— Nada...

— ¿Tienes miedo de que te vean conmigo?

— No, no es eso... ellos siguen pensando que tú y yo somos novios.

Riki enarca una ceja, sin despegar su mirada de él, haciendo que Jake bufara, sabiendo que no podría engañar al pelinegro.

— Solo es un pequeño mal presentimiento, no es nada... mejor vamos con ellos antes de que se desesperen más.

El japonés exhala y asiente, saliendo ambos de la habitación para dirigirse a la sala principal.