Capituló 11

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Narra Laila:

Se preguntarán ¿porqué coño no quisiste estar con el papacito de Ferran antes?, pues porque si todo lo bonito que me decía era verdad, él esperaría por mí. No soy virgen y siempre le eh tenido unas ganas tremendas a Ferran, pero no quería ser una más en su lista y ya luego hacer como si nunca pasó. Yo no quería eso y lo hice esperar, valió la pena cada maldito día de espera, sin duda fué algo magnífico , es un hombre único, y ahora mi futuro esposo. Quizás soy muy joven para casarme, tengo solo 19 años, pero desde adolescente eh estado enamorada de él, y aunque no llevamos años juntos me a demostrado que me ama y que está dispuesto a todo por mí, como yo por él porque es el amor de mi vida.
Hablando con Ferran y queríamos casarnos el año que viene y así poder planear nuestra boda con calma, pero papá nos pidió adelantarla porque él y mi madrasta tienen un viaje planeado y en esas fechas estarían en un crucero el cual durará meses. Asique finalmente  en 6 meses será la boda.

Han pasado dos meses y no hemos organizado absolutamente nada. Yo con la universidad y él con su nuevo trabajo, papá lo contrató como su nuevo jugador y se le da bastante bien, pero tiene mucho trabajo y no quiero agobiarlo con nuestra boda también.
Hoy acompañé a mi suegris a comprar unas cosas y a ver algunas organizadoras de boda, necesitaré mucha ayuda y quiero que todo sea precioso y memorable para todos. Finalmente escogí una y fué un gran peso menos de encima.
-Mi niña entraré a ver una cosa rapidito aquí, ya vuelvo- apunta una tienda y yo asiento. Necesitaba comprarme un helado para recargar energías y en algunas tiendas no permiten ingresar comiendo, asique prefiero esperar fuera sentadita en un banco.
-¿Laila?- escucho a mi espalda, me giro a ver y nosé ni como reaccionar- sí eres tú, tan pija como siempre.
-Y tú sigues siendo la misma lengua suelta Rachel- le respondo con el mismo tono de burla.
-Ey calma, lo digo en broma, vengo en son de paz- alza su manos inocente- hace mucho no te veía y quise acercarme, se te ve bien- me sonríe y noto algo de nostalgia en su rostro.
-Gracias... ¿y tú estás bien?- le pregunto curiosa.
-Pues eh estado mejor- se encoge de hombros y yo asiento- supe que te vas a casar...
-Oh... sí- respondo incómoda. No supe más de ella luego que repitió curso y tuvo que irse del instituto . Tiempo después la vi en el centro comercial discutiendo con Ferri, pero luego de eso nada más, y al final de cuentas ella es la ex novia de mi prometido.
-No te apenes guapa, ya superé a ese idiota, me alegro por tí que hayas podido lograr tu sueño y ahora te cases con él- me dice. Nunca supe diferenciar si decía ciertas cosas con buena o malas intenciones, como ahora- les deseo mucha felicidad- me sonríe y sigo observandola intentando decifrar su sonrisa.
-¿Todo bien?- pregunta la madre de Ferran llegando a mi lado. Fulmina con la mirada a Rachel y luego me mira preocupada.
-Ya debo irme, mi novio debe estar buscándome- dice Rachel y me da un abrazo que sinceramente no esperaba, pero con una de sus manos en medio de las dos me da un papel y luego se aleja- espero volver a verte amiga.
Luego de que se marchase, mi suegra vuelve a preguntarme que me dijo.
-Hija ten cuidado, esa muchacha no es una persona con buenas intenciones- yo solo asiento para no seguir con el tema y disimuladamente guardé el papel que me dió Rachel en el bolsillo, más tarde lo vería.

Llegamos a su casa y yo esperaría a Ferran para verlo un rato, hace dos días que no lo veo y lo echo de menos. Estoy tan cansada que me termino durmiendo en su cama, tiene su olor y me relaja aún más.
Despierto y veo la silueta de mi novio sentado a los pies de la cama.
-Hola amor- le digo mientras me acerco a el, pero se pone de pié y se aleja, algo no anda bien- ¿qué sucede?
-¿De quién mierda es este número?- pregunta molesto y me muestra el papel que tenía guardado en mi bolsillo.
-Ey, eso es mío, no tenías porque estar husmeando- le respondo seria.
-¿No te da vergüenza estar comprometida y andar coqueteando como una cualquiera pidiendo números?- eso sí fue un golpe muy bajo, él nunca me había hablado así, esta es nuestra primera pelea y se siente horrible. Su fría forma de hablarme me deja petrificada.
-Ferran...-susurro, intento sonar fuerte pero sus palabras me han descompuesto.
-¡Y ni una mierda!- me grita asustandome. Se me acerca y juro por dios que nunca lo había visto así, es otro Ferran- ¿te acostaste con él?- esa fué la gota que rebasó el vaso. Saco fuerzas de nosé donde y por impulso le doy una bofetada. Le quito el papel de las manos y camino hacia la puerta, pero antes de irme lo miro. Él me observa sorprendido por mi reacción, nisiquiera yo me lo esperaba, no soy una persona violenta.
-Para que sepas...- mi voz tiembla porque estoy a punto de llorar, pero no quiero derrumbarme frente a él- me encontré con Rachel hoy y ella me dió su número, y no ando como una cualquiera coqueteando, si crees eso de mí no sirve de nada estar juntos y casarnos- lo veo palidecer, pero antes de que diga algo salgo rápidamente de su habitación y de la casa. Subo al coche que mi padre me regaló, y me voy a casa con una pena gigante. Pero estoy segura de algo, si el no confía en mi esto se acaba aquí.
[...]
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El tiempo - Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora