Capituló 14

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Narra Ferran :

Estoy agotado. La boda, el viaje, sobre todo Laila que ya a consumido casi toda mi energía. Su carita de agotada me alerta, pero habla hasta por los codos, sonríe por todo y chilla cada vez que ve algo que le gusta, así intenta disimular su cansancio.
Llegamos al hotel y sin siquiera ducharme me lanzo a la cama boca abajo, son las 10 de la mañana pero solo quiero dormir.
-Amor, ¿saldremos hoy?- me pregunta mientras se acerca a la cama. Se sienta en mi culo y comienza a masajear mi espalda- estás muy tenso guapo- sube mi camiseta hasta mi cuello y la me la quito rápidamente, el masaje está espectacular y es justo lo que necesito. Se me eriza la piel por las sensaciones que me hace sentir, nisiquiera sabía que Laila era una jodida experta haciendo masajes... esto es realmente delicioso.

Nisiquiera me di cuenta de cuando me quedé dormido, me relajé tanto que no escuché nada. Laila no está en la habitación asique me baño rápido y la llamo al teléfono.
-¡Hola!- grita Laila animada al teléfono. De fondo se escucha música fuerte y gente hablando .
-¿Dónde estás?- le pregunto algo confundido. Laila no es de fiestas y estamos en un lugar donde no conocemos a nadie, que yo sepa.
-¡Ferran no te escucho!- grita nuevamente.
-¿Dónde estás?- elevo la voz algo enfadado. La escucho suspirar y el ruido de fondo ya no se escucha tan fuerte.
-Lo siento no te escuchaba nada con la música- la escucho reír- ya voy a la habitación- dice y corta la llamada.
¿Qué coño le sucede?, nunca me había cortado las llamadas así. Llevamos un día de casados y ya siento que las cosas no van bien. Pasan unos minutos y Laila llega. Me mira y sonríe, tiene sus mejillas sonrrojadas.
-Hola mi amor- dice dulcemente y corre a abrazarme. Me tomó por sorpresa y ambos caímos a la cama.
-Estás loca...- le digo sonriendo. Esta pequeña mujer me hace cambiar drásticamente de humor, pasé de estar enfadado a sonreírle- ¿dónde estabas?.
-¿Me echabas de menos?- me pregunta rozando sus labios con los míos. Sus brazos rodean mi cuello y todo su cuerpo está sobre mí.
-¿Porqué no resp...- nisiquiera puedo terminar de hablar porque mi linda esposa se apodera de mi boca. Es inevitable para mí no seguirle el beso, lo hace de una manera tan dulce y sexy a la vez que me rindo ante ella.
-Yo. Sí. Te. Eche. De.menos. Guapo- dice dándome pequeños y suaves besos entre cada palabra. Sin duda no puedo enfadarme con ella.
-Sí te eche de menos hermosa- le digo en un susurro.
Luego de una buena y larga sesión de besos y caricias, bajamos a comer. Pasamos la tarde conociendo el lugar y por la noche solo me dediqué a hacerle el amor a mi esposa, mi Laila .

Nuevo día y nuevas sensaciones crecen en mí, nosé si sea bueno o malo. Mi instinto asesino crece cada vez que algún idiota pasa por nuestro lado y se come con la mirada a Laila , incluso hay dos hijos de puta que no le quitan la mirada de encima, sin importarles que yo estoy a su lado. Ambos estamos recostados en unas tumbonas que pagamos en la playa y Laila está boca abajo tomando sol, nosé como no tiene calor esta mujer, a mi me está sudando todo pero ni en broma la dejaré sola, con solo un descuido esos buitres que no le quitan la mirada a mi esposa aprovecharán para acercarse a Laia .
Luego de casi una hora de sudar como puerco mi peque quiso meterse al agua y no saben cuánto lo agradecí en mi mente.
Tengo a Laila como garrapata, el agua me llega al cuello y ella no alcanza a tocar el fondo.
-Hoy estuve viendo algunos lugares que podríamos ir a conocer si esque te apetece- dice Laila mientras acaricia mi pelo.
-Donde tú quieras preciosa- le sonrío.
-Quiero ir a una playa nudista- dice despreocupadamente y abro mis ojos como plato.
-¿Qué?- logro decir- no... no creo que sea buena idea.
-Oh... está bien- me sonríe- solo quería ver que me decías- ríe a carcajadas.
-Apenas puedo soportar que los gilipollas te coman con la mirada y eso que estás vestida, sin ropa será peor... no puedo amor, lo siento.
-Te amo precioso- dice sensualmente mientras una de sus manos baja por mi pecho hasta mi entrepierna.
-¿Qué... qué haces?- le digo nervioso y excitado. Mete su mano debajo de mi bañador y comienza a masturbarme, tengo que contener la respiración para no soltar un fuerte jadeo, a algunos metros de nosotros hay más personas.
-Quiero hacer al amor...- susurra en mi oído. ¡Santa mierda! Como me pone cuando me habla así de sexy.
-Aquí no... va... vamos al... al hotel- nisiquiera puedo hablar de corrido porque no deja de mover su mano en mi miembro.
Rápidamente llegamos a la habitación y la estampo contra la pared sin dejar de besarnos, la necesito, necesito estar dentro de ella ahora.

-Ahora verás las consecuencias de provocarme tanto, nena- la giro para que ella me de la espalda, la desvisto mientras voy dejando húmedos besos en su cuerpo que la hacen enloquecer.
-Me estás... torturando- dice mi mujer entre jadeos. Sin más acomodo mi miembro en su entrada y empujo contra ella sintiendo una oleada de placer.
-Joder... peque- digo en su oído- estás tan apretada... y mojada...

[...]
Lo siento 😅

El tiempo - Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora