Capituló 15

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Narra Laila :
Una semana, día y noche junto a Ferran. A sido lo mejor que nos a pasado, amo a este hombre y día a día me demuestra que siente lo mismo por mí, sin duda es el hombre perfecto y no pude escoger mejor. Nuestra luna de miel fué perfecta pero ya debíamos volver a la realidad. Llegamos a casa de Ferran ya que sus padres organizaron una cena familiar. Apenas llegamos a casa mi padre me recibe con una gran sonrisa, no sabía que él también estaría aquí.
-Te eche mucho de menos preciosa- dice mi papi en un abrazo.
-Yo también, pero ya estoy aquí- le sonrío.
-¡Mi niña!- chilla mi suegra. Me da un cariñoso abrazo. Luego del recibimiento cenamos entre risas y contando como fué nuestro viaje. Pasamos a la sala y noto inquieto a papá.
-¿Sucede algo?- le pregunto sentándome a su lado. Él toma mi mano y asiente.
-os tengo una sorpresa... es mi regalo de bodas- dice feliz.
-¿Qué?- pregunto sorprendida y Ferran me observa sorprendido, está igual que yo.
-Esto...- pone un juego de llaves en mi mano y abro mis ojos como plato- es para que iniciéis como corresponde su vida en familia- sin poder creerlo abrazo a mi padre, mis lágrimas no tardan en aparecer como cascadas y Ferran se nos acerca, él también abraza a papá agradeciendole. Con Ferran quedamos en mañana ir a ver la casa para mudarnos.

-Ya solo falta lo del jardín, ¿quieres que vayamos hoy a comprar lo necesario?- me pregunta mi hermoso esposo y solo niego con mi cabeza. Ya compramos los muebles y artefactos básicos para nuestro hogar, hemos estado la mayor parte del día montando y ordenando cosas, y ya estoy agotada.
-No amor, prefiero ir mañana con tiempo, ya estoy cansada y nos merecemos una buena ducha antes de cenar- le digo.
-Como diga usted mi esposa- se burla y besa mi frente. Amo a este hombre.

Luego de bañarnos y cenar, fuímos directo a nuestra habitación. Mientras busco mi pijama Ferran habla.
-Amor...- llama mi atención- yo... yo quería pedirte algo... importante.
-Dígame- lo incito a que continúe.
-Esque... tú sabes que Milo siempre a estado conmigo... y... lo tengo desde que vivo con mi familia- asiento. Sé perfectamente qué quiere decirme, Milo es su perro pero tierno y cariñoso - yo quería preguntarte si... si él puede vivir con nosotros, si esque no te molesta, claro- dice nervioso. Parece un niño pequeño indefenso que solo quiero apretar sus cachetitos, pero me aguanto.
-Por supuesto amor, él es parte de nuestra familia.
-¿Enserio?, ¿no te molesta?, ¿de verdad lo dices enserio?- pregunta rápidamente que apenas y se le entienden las palabras. Me entra la risa y solo puedo asentir con mi cabeza. Me toma de la cintura y besa todo mi rostro terminando en mis labios- eres la mejor esposa del mundo... te amo peque.
-Te amo más- le digo y me sonríe.

Hoy Ferran volvió a la ciudad deportiva y ya lo echo de menos, espero que él también me esté echando de menos ahora . Me junto con mi mejor amiga y desayunamos tranquilamente. Aún estamos de vacaciones en la universidad asique tengo bastante tiempo libre. Luego la dejo y voy a un floristería para comprar mis bebés y poder plantarlas en el jardín. Aparco mi coche al lado del lugar, abro un poco la puerta y escucho una discusión...
-¡Porfavor señor!, le prometo que no volveré a fallar- dice una mujer entre sollozos- porfavor no me despida, necesito el trabajo para m...
-¡Ya basta!- grita Juan, el dueño de la floristería y amigo de mi padre- vete de una vez por todas, solo estás molestando y ya no sirves, vete o no respondo por...
-Hola- le digo interrumpiendo la discusión. La señora que llora no debe tener más de 50 años y se ve destrozada, el miedo inunda sus ojos y la desesperación brota por sus poros, nosé que hizo esta mujer para que la despidan de su trabajo pero nadie merece que la traten así, ni mucho menos que la humillen.
-Oh... hola Laila - Juan parece algo incómodo y la señora agacha la mirada-  pasa por aquí guapa , te llevaré con Karen para que veas lo que necesitas- me dice amablemente y luego dirige su mirada amenazante a la señora- tú espera aquí, traeré tu dinero y te largas.
Si hay algo que me molesta en la vida es que las personas que tienen dinero menosprecien a los demás, sea quién sea.
Entro al lugar y Karen me recibe con una sonrisa, intento dejar atrás la discusión de Juan con la señora y me enfoco a lo que vine. No tarde más de media hora en escoger mis hermosas flores, me despedí de Karen y un muchacho me ayudó a llevar lo que compré a mi coche .
-¿Puedo preguntarte algo?- le digo al chico que me sonríe coqueto, qué idiota.
-Lo que tú quieras preciosa.
-Cuando llegué había una señora llorando mientras Juan le gritaba, ¿sabes qué sucedió?- le pregunto y su sonrisa se borra.
-No creo que deba hablar de eso- dice serio.
-Si me cuentas, te prometo que no le reclamaré a Juan que uno de sus trabajadores me estuvo coqueteando, obviamente además de contarle a mi esposo, probablemente él se moleste mucho más que Juan- me encojo de hombros y el chico palidece.
-Yo... yo no sabía... lo... lo siento- tartamudea. Alzo mis cejas en espera de que me cuente y suspira- a María la despidieron porque se ausentó ayer, creo que su nieto está enfermo y es ella quién se hace cargo del niño, es una buena persona pero al jefe no le importa eso.
Sinceramente quedé angustiada, qué pena la situación de la señora, María.

Salgo del lugar y cuando paro en un semáforo pongo música para relajarme. Cuando voy a avanzar me fijo en la parada de autobuses, está la señora María sentada y al parecer sigue llorando. Mi corazón se estruja... no puedo quedarme de brazos cruzados ante esto. Me aparto y por le ventana le hablo.
-¡Hola señora María!- elevo la voz para llamar su atención. Apenas levanta la mirada se limpia las lágrimas de sus mejillas.
-Hola señorita- se pone de pié y se acerca a mi auto- lamento que haya tenido que presenciar lo de antes con mi jefe- parece apenada.
-No se preocupe, tome- le doy unos pañuelos y me agradece- quiero ofrecerle un trato, necesito ayuda en casa y usted necesita un trabajo, ambas nos necesitamos- río por como lo dije y ella al fin sonríe- pero necesito algunos papeles suyos para realizar el contrato, ¿le interesa?- sus ojos están abiertos como plato.
-¿D... de verdad?- me pregunta y le sonrío.
-Sí, de verdad...- le respondo amable.
-Sí... sí me interesa- responde nerviosa. Intercambiamos números y quedamos en que en una hora le enviaré los papeles que necesito para poder contratarla. Admito que mentí, pero es por una buena causa. No necesito ayuda en casa, no es tan grande nuestro hogar y puedo sola con ello, pero no podía dejarla así luego de saber porqué se esfuerza tanto trabajando. Ahora me tocará explicarle y convencer a Ferran de porqué necesito contratar a alguien que me ayude en casa.

[...]
No se que poner pero gracias por leer😅❤️

El tiempo - Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora