Capítulo 14. Sobrevivir

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— No puedes negarlo ¿cierto?

— Ni siquiera sabes por lo que estoy aquí. No deberías a juzgar a otros sin razón.

— No es necesario saber, tú me odias y estoy segura de que solo estas aquí por tu Alfa. Al cual no te tomaste la molestia de escuchar.

— ...

— Ja. Acerté. Adiós.

۞

- ¿Como te encuentras?

~ No es sencillo, *suspiro* no te preocupes estaré bien

- Sabes que lo hacemos por nuestro bienestar ¿verdad?

~ Lo sé.

۞

Mientras que Alicia estaba en la sala de audiencias, Adolfo y Amara me invitaron... a Evan y a la hija del Sr. Giordano también, a una excursión, ya que Teseo debe cuidar a su mate, Ágata y el Sr. De Santis están en la reunión. Necesitaban personas para guiar al grupo de cachorros.

Ya había hecho algunas, pero solo recorrí el lado norte y este.

No conocía hacia donde nos diríamos solo sabia que era hacia el sur.

Tanto Callia como yo no estábamos preparadas para ver a Evan con otra. Era persistente el sentimiento de perdida, era absurdo, no me podían quitar algo que nunca fue mío.

— Eunice, hola, ¿cómo has estado?

«Mal»

— Bien.

— *Sonríe* Te presento a mi mate. Edith Giordano.

«Por supuesto. La hija del líder y el personaje que más admira Evan. Magnifico.»

— Mucho gusto Eunice, Evan me a hablado mucho de ti y de sus otros dos amigos.

Pelo negro largo y sedoso, ojos grandes color avellana, piel tan blanca como la porcelana, manos suaves y de dedos de pianista — El gusto es mío.

«No le llego a los talones.»

~ No debes de torturarte de este modo.

— Te pido una disculpa, fui muy descortés al dejarte a un lado en la festividad de la Luna.

— No, esta bien, la pase con Alicia.

— Me alegro.

«*suspiro*»

La formación fue establecida por el Sr. Adolfo, para mi suerte, Evan y Edith, fueron designados para la retaguardia, yo en el medio y en la cabeza él y su mate. Nada fuera de los normal en los dos primeros días, solo que...

— Eunice, ayúdame con esta presa.

— Si.

—...

—...

— No eres de las que hablan mucho.

— Sí, lo siento.

— A no lo decía con mala intención. Evan habla mucho de ti.

«Si solo esa maldita... »

— Espero que no haya dicho nada malo.

— A no, más bien... parece que le gustas mucho.

«Ella no existe... solo es un satélite... solo eso.»

— ...

— Espero que seamos amigas.

«Ni lo sueñes»

Un  rechazo más para una omega cualquiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora