Capítulo 37. Preparativos parte 2.

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Faltaban tan solo dos días para que el verano acabara, cada uno se había preparado a su manera. Eunice le había pedido un entrenamiento a Damián al cual se unió Dalia. Intercambiaron técnicas y aberturas en los movimientos para derribar a tu contrincante, incluso si era un Alfa excepcionalmente entrenado.

Damián entre nos ambas pero en las tardes en que su mate se reunía con la Luna para enseñarle algunas de sus futuras tareas, el entrenamiento entre el Joven Alfa y la futura Luna de Garra Blanca se volvía más severo.

En un principio Damián no estaba del todo convencido, y no acepto el tener un encuentro real con la omega. Fue hasta después de hablar sobre la verdadera identidad de Eunice que cambio su actitud.

No volvió a contenerse en sus ataques, y arremetía contra ella como lo hacía con cualquiera de sus soldados.

Eunice tuvo fracturas las primeras semanas, gracias a Alicia y Shirley sus heridas sanaron sin mucho contratiempo. Aprendió a tragarse todas las lágrimas y gritos ahogados que el inmenso dolor de sus extremidades emitían.

Para cuando la fecha se aproximó, tomo un descanso, recorría el territorio de Ater, disfrutando de la frescura del viento, la tierra en sus patas, de toda esa libertad de la que pronto sería privada, saludaba con mayor entusiasmo e hizo vínculos de compañerismo con muchos de esa manada, quería gravarse toda la felicidad que la rodeaba.

La necesitaría encarecidamente.

Aun tenía sentimientos encontrados en cada noche, cuando ese... cuando "ella" estaba en el cielo.

En ese tiempo dejo de mirar hacia otro lado y la encaraba de frente.

Siempre en silencio.

Con voluntad.

Y con incontenible deseo de venganza.

۞

Estaba organizando a los lobos jóvenes que aún no había encontrado a sus mates, poco menos de la mitad pertenecían a la clase guerrera, para nuestra buena por fortuna este año no tendríamos que alistar una escolta extra.

Mi padre seguía sin dirigirme la palabra, pero en el fondo sabía que su desagrado por mí se había desvanecido, solo esperábamos el momento en que "esa" apareciera.

Pronto partirían, y debido a mi condición esta vez yo no acompañaría a mi padre, una gran excusa fue un verdadero aumento de vampiros en nuestro territorio, las manadas aledañas también buscaban formar nuevas alianzas para proteger sus territorios y las brechas entre el terreno accidentado no fuera una ventaja para ellos.

Todos los lobos con cargos altos en la manada se encontraban enfrente de la casa Alfa para despedir a mi padre, mi madre lideraba el grupo seguidos de mí y mi futura Luna.

Jacinda era la hija de nuestro beta y la hermana de mi mejor amigo, quien también se convertiría en mi futuro beta.

Ambos nos tomábamos de las manos, a algunos les parecía extraño que aún no la marcara, y a otros les parecía romántico añadiendo a la historia que yo esperaba a que por fin me nombraran Alfa para nombrarla directamente mi Luna en la misma ceremonia.

Aunque no me gustara, era una buena excusa, y que ocultaba otro hecho asqueroso.

Un delta que formaba parte de los que partirían, miraba con ojos anhelantes a mi Luna, era su mate, él idiota debió haber entendido la situación de inmediato antes de haberla reclamado hacía año y medio, justamente en mi presencia, ella tenía 20, había pasado dos años desde su primera transformación y nunca lo busco.

Jacinda era popular en la manada por su rango de beta, cabello rubio, y excelencia en el manejo de su cuerpo. Era de las que conocían bien su papel, ella sería mi futura Luna.

Un  rechazo más para una omega cualquiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora