Capítulo 41. ¿Mi... Luna?

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~ ¡Suelta!

- ...

~ Apenas la encontramos, después de todo ¿quieres que nos odie?

- Ya te lo he repetido muchas veces, yo solo quiero recuperar lo que he perdido por su culpa.

~ Su bienestar es el tuyo, así que ¡trátala bien! ¡Tu! recuerda que ya no tienes el mismo...

- Ya, ya, cálmate, ya llegamos.

~ ¡Deja de lastimarla!

- Estara bien, la cama es de buena calidad.

~ Eres repugnante.

- ¿Lo dice el lobo que ha estado soñando con tener a su lobita?

~ ...

- Jajaja. Admítelo, estas igual de ansioso que yo por tomarla.

— Te has escondido muy bien, — no la había visto bien, no solo su ropa, todo en ella era diferente, era una belleza — maldito ratón escurridizo. — eso no quitaba su ridículo rango de omega.

Sus ojos eran los de una fiera a punto de atacar.

«Divertida.»

— ¿No dirás nada? Parecías bastante habladora allá abajo...

Un conejo nunca podrá vencer a un lobo.

Empecé a desvestirme, tendría que marcarla para que el vínculo me volviera a fortalecer.

La voz de mi molesto lobo se había calmado cuando me acerque a su mate.

Su olor era el de una flor que solo crecía en mi manada y florecía en tu totalidad en el invierno.

Un olor inconfundible que no era digno de ningún lobo.

Ella era eso, el recordatorio de mi deshonra del pasado, mi verguenza del presente y seguramente del futuro también.

~ Sé cuidadoso con ella.

- Ya te habías callado... ¿porque la insistencia? Si no te agrada como actuó explícaselo a tu lobita.

~ ... ella no me contesta.

Sonaba realmente dolido.

Y, solo por esta vez, cedí un poco a sus peticiones.

Ella mantuvo cerrado sus ojos con fuerza por un rato.

Me dio tiempo suficiente de observar su rostro.

Ligeramente bronceada, su piel parecía sedosa, con las mejillas rosadas y totalmente pulcra.

— ¿Tan ansiosa estas que no puedes pronunciar palabra?

Ella se mantenía ridículamente callada.

Era el escenario perfecto para burlarme un poco de ella.

Pero, tenerla de esa forma, totalmente diferente a la última vez... sin la cara sucia, sin arrapos, totalmente ajena a la imagen de una Luna digna...

Tal vez no sería tan malo, tenerle un poco de compasión.

— Te daré lo que tanto te ha hecho falta.

Lo que dije no era broma, nunca le daría el título de Luna, aunque esta vez...

Tal vez la manutendría con un poco más de cuidado.

...solo era por mi lobo, solo era por él.

Me acerque más a ella.

Su olor, debía ser un completo secreto.

Un  rechazo más para una omega cualquiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora