— Buenos días cachorrita.
— Mmm buenos días.
— Levántate nena. Es hora de desayunar.
Una de nuestras reglas era nunca quedarse hasta las 10 de la mañana en la casa de ningún hombre.
— Te prepare unos jockeys.
«Aunque...
¿Las reglas no se hicieron para romperse? »
— ¿Tienes miel?
Pase todo el día junto a él, no solamente era bueno en el sexo, es un gran hombre, atento divertido y muy buen cocinero.
Desayunamos, y pasamos a un museo.
Lo sé, es una actividad poco atractiva... cuando tú compañía no es la correcta.
Vimos vestigios de la antigua cultura humana centroamericana, era impresionante todo el conocimiento que tenían en épocas tan remotas y el conocimiento de Sebastián sobre ellas cuando era un extranjero impresionaría a cualquiera. Era como si fuera un verdadero nativo.
Ignoraba datos tan detallados e importantes de tal cultura.
Si lo pensaba, era lógico, nada de ella estaba relacionada con la licantropía.
— Debo ir a una reunión a las 3.
— Esta bien. Te veré otro día.
— En realidad, esperaba que fueras conmigo, no es una reunión larga, solo me presentaré, diremos algunas palabras y ya, seré todo tuyo para el resto de la noche.
Dos noches seguidas, si no fuera una loba posiblemente esa petición sería descartada enseguida.
¿Siquiera podría caminar correctamente?
Callia daba brincos ante el recuerdo de hace unas horas.
— Creo que me agrada esa idea.
Yo tampoco podía negarme, deseaba repetirlo.
۞
Las conversaciones iban y venían sobre diferentes temas. Eran contadas las personas con las que llegaba a tener largas conversaciones, Sebastián se unió fácilmente a esa lista.
Dieron las 3 de la tarde e ingresamos a la carreta que conocía bien, era donde se encontraban las 5 empresas pertenecientes a Elpis. Mire detenidamente a Sebastián, sabía que tenía dinero, aunque nunca menciono a que se dedicaba.
Con cada edificio que pasábamos mi instinto se agitaba.
«Sería demasiada coincidencia.»
...
«Seria jodido que sucediera... »
...
«Carajo»
— ¿Está bien si me esperas fuera de la Sala de juntas?
— Puedo esperarte aquí o salir a dar una vuelta.
— No me gustaría que te quedaras aquí sola y te aseguró que no me tardó. Baja.
Accedí, no era la empresa en la que trabajaba así que tal vez no habría problemas.
Tomamos el elevador hasta el piso 24, Sebastián no llevaba ningún tipo de traje, lo cual chocaba mucho con el ambiente gerencial que todo el lugar tenía, era mi primera vez viniendo a esta empresa, la verdad, nunca me interesó, en su gran mayoría era dirigida por el señor Giordano (es decir la empresa más importante) y en la que yo trabajaba estaba al cargo de un omega muy respetado pero sin tanta relevancia como lo son los 4 líderes principales.
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Un rechazo más para una omega cualquiera.
WerewolfMi nombre es Eunice, soy una Licántropo de 28 años, actualmente busco la manera de entablar relaciones con las manadas de Oriente. ¿Quién lo hubiera dicho? Eunice Conti seria la criatura que pondrá solución a todo el desastre que se genero en un m...