Capítulo 15. Rastro.

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— Eunice que bueno que regresaste.

— Alicia, ¿Cómo te fue en la reunión?

— Llegamos a un acuerdo. — *Suspiro* — El Alfa de la manada Ater está aquí para formar una alianza. Quieren que ayude con ella. No debo romper el vínculo de mates y él Sr. Rinaldi se compromete a no dañarme.

— Pero una alianza... creí que el Sr. Giordano y el Sr. De Santis...

— Yo también, pero tienen razón. No podemos seguir ignorando a los omegas que se encuentran en las manadas.

Empezaba a sudar frío. No tengo idea lo que hablaron, ni la razón por la que Alicia cambio de idea cuando había entrado a esa reunión tan decidida.

— ¿Solo será la manada Ater?

— Por el momento sí. Tomará tiempo para que la manada Ater pueda tener todos los servicios básicos. Además, también tienen planeado crear más empresas, para apoyar económicamente este proyecto.

~ Tenemos tiempo.

- Pero sería mejor no confiarnos.

— ¿El Alfa vendrá seguido a Elpis? 

— No él no... el Sr. Rinaldi sí, además que será él que trasmita todo los avances, problemas o acuerdos al que lleguen con nuestros lideres y algunos socios.

— ¿Cómo manejaras la relación con él?

— Mi residencia en Krima no cambiara, seguiré asistiendo a la Universidad, es durante las vacaciones que pasare mi tiempo en él. Tal vez vaya a su manada. — se venia su inconformidad con el ultimo punto. — Por el momento debo reportarme con Ágata. ¿vienes?

— Claro.

Entramos al consultorio que atendía Ágata y Amara junto a otras aprendices omegas, en este momento solo estaban Ágata y una desconocida, por una notas a lilas parecidas a las que desprendía Ágata supuse que se trataba de otra bruja.

Su presencia era difícil de ignorar, no la veía pero sentía como nos escaneaba, gire hacia su dirección, Alicia hace unas semanas me enseño como tratar con mujercitas de esa clase, una sonrisa se posó sobre mi e inmediatamente me volvió a repasar con la mirada. 

~ ¿Por que nos ve de esa forma?

- No lo sé. 

Sostuvimos nuestra miradas, la de ella era juguetona casi burlona y la mía era desafiante. 

Me sentía fuerte, con Callia conmigo, todo estaría bien.

Dejaría de ser la niña llorona y sumisa. 

Ella anoche me prometió ser fuerte y defenderme. 

Y yo debía ser una portadora a la altura de su loba. 

Bruja, vampiro, beta o Alfa ya no serían nada. 

La manera en como caminaba solo hacia que sus atributos por sí exuberantes resaltaran más, tanto Callia como yo nos sentimos incomodas, era como si tratara de seducir a alguien... y solo había mujeres en esta habitación.

~ Y a nosotras no nos rechina la reversa.

Me relajo.

Tal vez las cosas no iban como yo anhelaba, hace unas horas me sentía más rota que nunca. 

Y ahora comprendo, no hay nada como sentirse completa. 

— Es un gusto conocerlas, me llamo Shirley, soy una vieja amiga de Ágata, ¿puedo saber sus nombres hermosas lobas?

— También es un gusto, soy Alicia Rossi y ella es mi amiga Eunice.

~ Si no quita esa mirada te juro que la morderé.

Un  rechazo más para una omega cualquiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora