Capítulo 10. Herida abierta.

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— Buen trabajo los dos, Aria es fuerte pero no puedes confiarte de eso siempre, te falta trabajar más tus técnicas. Teseo... tu padre siempre te eligió por el control que tienes de tu cuerpo, pero necesitas crear un vínculo entre lobo y portador más fuerte.

Creí que el ganador de todas las rondas sería Teseo, en la primera y segundo combate demostró tener la ventaja.

«No entiendo cómo funciona esto»

— Eunice, empecemos.

۞

— Ah... ah.... ah...

— Tómalo con calma, es tu primera vez.

— No... esto no es nada... ah... puedo seguir...

— Esto solo es un pequeño examen para medir la condición en la que te encuentras.

— ...

— Además ya es tiempo de que preparemos la comida, levántate.

— Gracias...

«Se supone que solo fueron movimientos básicos, ¿Por qué siento que algo grande me paso por encima?»

Supongo que tardaré mucho tiempo en estar al nivel de Alicia, y de los 3 ella es la que está más abajo.

Evan solo es un año mayor que nosotros y le logro ganar a Teseo en las 4 ocasiones que se enfrentaron. Nunca me fije en la aparaciencia de ningún chico en mi manada, pero ahora... no puedo apartar la vista de los dos que están enfrente mío, sin duda Teseo posee un perfecto físico, y ni hablar de Evan tiene los músculos bien definidos sin ser exagerados, una piel algo bronceada pero aún entra en el rango de piel blanca, ojos miel... cabello rizado y castaño medio... su estatura...

«Que idioteces estoy pensando.»

— ¿Qué se les antoja?

— Lasaña.

— Una gran y larga... larga siesta.

— Lasaña será y lastima por Alicia, pero ustedes dos tienen que limpiar aquí mientras que Eunice y yo preparamos la comida.

— Pero tu dijiste que esto no necesitaba mucho mantenimiento.

— El que no requiera tanto mantenimiento no significa que se limpie por sí solo. Vamos chicos no protesten, por allá están las escobas y trapeadores.

— ...s ...si quieren... yo puedo quedarme a limpiar, ese era lo único que hacía en la manada.

«Mierda, creo que no lo dije bien.»

— ...

— Esta bien Eunice, hoy nos toca a nosotros y mañana les toca a ustedes que les parece, nos apoyaremos en los quehaceres de la casa como...

— Como amigos que somos.

Deseaba decirles que yo podía limpiar, mis dedos picaban por tomar una escoba, mojar mis trapos en la mezcla que preparaba con agua y con algunas hierbas para dejar un olor agradable a la madera... aunque aquí la mayoría de los pisos, paredes y demás objetos estaban hecho de materiales que no eran madera y... tampoco estén las hierbas que solía utilizar.

Cada vez me sentí más inútil.

Quería volver a eso, no era nada agradable que me negaran la única tarea que podía hacer, mientras estuviese trabajando no tenía que ver a nadie, y podía sentir esa dulce sensación de tranquilidad, en silencio, no había insulto ni golpes, solo yo y un cuenco de agua para remojar mi trapo.

— Eunice, mírame.

Un ligero toque en mi mandíbula me hizo alzar la mirada. Evan estaba muy cerca, sus ojos a esta distancia eran más hermosos, no podía despegar la mirada, aunque lo intenté.

Un  rechazo más para una omega cualquiera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora