Iniciamos el viaje sin problema, es increíble, quien diría que algo de metal serviría para desplazarse, jamás creí necesario usar algo más que no fueran las patas de las bestias que llevamos dentro, ya fuera por el festival de la luna de cada año o asuntos diplomáticos entre manadas, pero definitivamente desplazarse de este modo... cualquier persona podría disfrutarlo, incluso una omega débil como yo.
El viento que se estrellaba en mi rostro permitía que mi mente tuviera un ligero descanso y memorias enterradas empezaban a pasar por mis ojos sustituyendo a la gran fila de arboles que pasaban uno tras otro.
El sonido de risas, música tradicional en la calle, personas con vestimentas hermosas, y una niña a mi lado jalándome para que la siguiera al festival, teníamos solo 8 años y nuestra manada garra blanca fue anfitriona del festival de la luna, era un día sagrado, y muy especial para los lobos solteros que aun no encontraban a su mate, ya que las 13 manadas se reunían, no importara si eran aliadas o enemigas, nadie podía atacar a otro licántropo, era una ofensa a la Diosa Selene.
Mika y yo teníamos estrictamente prohibido asistir, pero lo hicimos en secreto de mi madre, Mika era huérfana y la otra omega de la manda, nadie preguntaba por ella.
Recuerdo bien las hermosas decoraciones iluminadas con velas especiales, flores de colores, finas telas que cubrían la plaza, farolas flotantes que hacían del lago y el bosque un mundo completamente diferente, la magia de las que hablaban las leyendas parecía inundar ese espacio, podíamos pedir un deseo y este se haría realidad.
La celebración se realizaba entre el lago que simbolizaba la prosperidad y la casa de Alfa, así que no fue difícil que un Beta nos olfateara.
Ambas volteamos en su dirección, él tomo a Mika y la alzo, quedamos pasmadas por la acción incomprensible del beta.
Al olfatear en la cavidad de su hombro y cuello, susurro
— Mia —
Era normal encontrar a tu mate y que fuera más grande o chico por algunos años, lo que era inaudito era la unión entre un beta y un omega.
Yo era solo una espectadora que vio el encuentro de mates. Pude ver como Mika sonreía llena de ilusión, sus ojitos brillaban y su ligera sonrisa la hacían ver más linda de lo que era.
Pero nada iba bien.
Al igual que vi a mi amiga feliz por ser reclamada, pude observar cómo los ojos del beta cambiaban de un color a otro sin parar, el cólera empezaba a invadir su rostro, y a final él que tomo el control fue su portador, sus garras crecieron y bajo a Mika de sus brazos, ella estaba dando brinquitos por la inmensa emoción que tenía y sus labios se despegaron para hablar, no era necesario escucharla, ella juro amar con todo su ser a su mate... ella no reacciono ante la rabia que despedía el beta, ella solo tenia amor para él... que sin titubear traspaso el pecho de Mika y le arranco el corazón que dio su ultimo latido entre los dedos de su mate.
Los ojos de Mika se apagaron gradualmente hasta que solo fueron dos pozos oscuros, la bestia tomo posesión de su cuerpo y abrazo con fuerza el cuerpo inerte de Mika antes de que cayera por completo... aún tenía esa ligera sonrisa que estaba dedicado solo a su asesino.
No olvido ese momento, la bestia acariciaba su cabello y la llamaba desesperado, quería que lo perdonara, era su mate y le suplicaba que lo perdonara por no ser más fuerte.
Era su "pequeña"...
Yo solo me quede estática, esa escena se repetía una, otra y otra vez, la manera en cómo sus garras crecían y se introducían con furia al pecho de Mika, el olor a sangre, el sonido de la carne desgarrada y huesos rompiéndose, se repetía tan lentamente, que muchas veces me pregunte porque no me interpuse, porque no hice nada para detenerlo.
Cuando desperté de mi transé, corrí sin parar, hasta adentrarme profundamente en el bosque, creo nunca en mi vida he corrido como ese día, más que el miedo a morir era la tristeza y la importancia lo que me carcomía.
Mi amiga, la persona con la que podía contar incondicionalmente, la que me ayudo a sobrellevar el rechazo de toda mi manada, mi hermana de juegos y golpizas.
Mika siempre soñó con encontrar a su mate, deseaba llegar a tener su propia familia, inclusive hizo una promesa al lago, a la Diosa y a mí... ella nunca recibió el amor de sus padres por ser una omega, nunca supo quiénes eran y aun así estaba tan llena de amor que estaba segura que sería una grandiosa madre y pareja.
Pero eso ya no podía ser...
Mika, estaba muerta, ese hermoso sueño jamás se cumpliría, porque la persona que ella esperaba que fuera su salvador, fue en realidad su verdugo.
...
Llegué a mi casa al atardecer hecha un desastre, fue la primera vez en que no dormí, su ausencia era demasiado dolorosa. Temía por su cuerpo, tal vez el beta se deshizo de él. No podría despedirme.
Fue solo hasta el día siguiente que me entere que el beta que mató a Mika era justamente el segundo al mando de la manada colmillo rojo, una de las más sanguinarias entre todas las manadas. Yo estaba escondida en la cocina, pero podía escuchar la plática de los lideres en la sala. El beta había insultado a la Diosa con su acto, e iba ser juzgado. Mi Alfa estaba enfurecido al saber que la victima era una loba de nuestra manada.
El cuerpo de Mika fue tirado al suelo por un guardia como si se tratase de basura, cuando todos los Alfas olfatearon su cuerpo sin vida, dieron un suspiro.
— ¿Por qué no nos dijiste que tu Mate era una omega?
— Por vergüenza Alfa.
— Siendo tu Mate una omega, no hay delito por el cual debas ser juzgado. — Ante esto dicho todos los demás Alfas asintieron en concordancia con el Alfa de nuestra manada.
— Saquen a esta cosa de mi casa y has que limpien, su olor es repugnante.
No podía creerlo, ni siquiera les importó que siendo mates la asesinara, en la ley de los licántropos estaba escrito que aquellos que se atrevieran a matar al alma gemela de otro licántropo serian torturados o asesinados de la misma manera, es un pecado que condena a dos de los nuestros a un sufrimiento que mata lentamente a la persona, por ello recibirían la pena máxima. Pero nada de eso les importó al saber que ella era una omega.
— nice...
Cualquier pecado es perdonado si son dirigidos a los omegas.
— ¡Eunice!
— Sí, dígame.
— Jajja, oye tenemos la misma edad no es necesario que me hables tan formal, te preguntaba si quieres una torta, aun nos faltan 2 horas para llegar así que mientras tanto deberías comer algo.
— Sí, gracias.
— ¿De donde eres? ¿Qué te gusta hacer? ¿Ya sabes como es el mundo humano?
— Alicia, deja que al menos responda una pregunta antes de atacarla con otra.
— Lo siento, pero ya sabes que soy muy curiosa, además hace más de 7 años que no llegaba un licántropo al pueblo.
— provengo de la manada garra blanca.
— No sabía que existía esa manada, Evan.
— Yo, sí es la manada de donde proviene mi padre, hasta donde sé esa manda se deshacía de los omegas muy rápido. ¿Cómo sobreviviste?
— ¡Evan! No puedes decir algo así.
Él tenía razón, la única razón de que yo siga viva es por mi madre, ella no solo se encargaba del aseo en la mansión del alfa, cuando nuestra luna enferma gravemente, fue ella quien cuido del hijo del Alfa, a partir de eso se convirtió en su nana, y le permitieron conservarme a pesar de que herede el gen omega de mi padre.
— Sé que apenas nos conocemos, pero puedes confiar en nosotros, te apoyaremos en todo.
Me limite a asentir, no quiero cometer el mismo error por segunda vez.
— Bien... que tal si mejor te hablamos de cómo es el mundo humano.
— Sí — Pareció entender de no quiero hablar de mi vida.
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Un rechazo más para una omega cualquiera.
Manusia SerigalaMi nombre es Eunice, soy una Licántropo de 28 años, actualmente busco la manera de entablar relaciones con las manadas de Oriente. ¿Quién lo hubiera dicho? Eunice Conti seria la criatura que pondrá solución a todo el desastre que se genero en un m...