La verdad.

Capítulo 25

Narrador

Era de noche y en la oficina del sheriff no había mucho movimiento, los guardias que estaban tenían papeleo o trabajo de escritorio, entre ellos el oficial Parrish que se había mostrado muy entusiasta desde que llegó al pueblo, nadie sabía a ciencia cierta el porqué de su llegada, pero se había ganado ya la confianza de sus compañeros y sobre todo del sheriff ascendiendo rápidamente como un segundo al mando.

El sheriff estaba en su oficina cuando recibió la llamada de Stiles:

+ Stiles, ¿Cómo van las cosas? ¿Están bien? – preguntó algo nervioso

- Si, estamos bien, pero aún no recatamos a Derek, por eso mismo te llamaba

+ ¿En qué les puedo ayudar?

- Kate tiene a Derek secuestrado en una de las fábricas de Cris, ahorita te mando la ubicación. El plan es que Liam y Mason entren por Derek ya que Kate no los conoce a ellos, una vez estén los tres listos saldrán por la parte trasera del edificio donde tú esperarás con la patrulla para sacarlos de ahí.

+ ¿Qué hay de ti? ¿Y los demás?

- Estaremos bien, conseguimos armas y Cris está con nosotros, seremos la distracción, la prioridad es sacar a Derek a salvo de ahí, y también alejar a Mason y Liam.

+ Bien, no me agrada mucho el plan, pero estaré ahí.

- Gracias, papá. – Sin más, terminó la llamada, así que el Sheriff tomó su chamarra de policía, las llaves del carro y salió de la oficina topándose con un entusiasta Parrish

+ Sheriff, ¿Sucede algo? – preguntó el oficial.

+ No, todo está bien, solo que iré a dejar a los amigos de Stiles a sus casas. – mintió

+ Si quiere yo puedo ir, mi turno ya terminó y pensaba irme en uno de los automóviles de la oficina.

+ No, no te preocupes, hijo, yo me encargo, pero sí, si necesitas uno tómalo.

+ Sheriff, ¿Seguro que está bien? Luce algo preocupado.

+ Si, no es nada, solo un caso que me tiene dando vueltas. Si me disculpas, me tengo que ir.

+ Claro, adelante.

El sheriff salió por la puerta de la comisaría rumbo a las coordenadas que Stiles le envió por mensaje, sabía que si Kate estaba involucrada no les esperaba nada bueno a ninguno de ellos, por lo que se cercioró de llevar su pistola cargada con acónito en la guantera.

Mientras que el sheriff salía de la comisaría, Parrish se despidió de sus compañeros para irse a su casa por la ruta habitual que tomaba, pero cuando llegó a ciertas calles desiertas notó que enfrente iba el sheriff, cosa que le extrañó porque él vivía en el sentido opuesto así que, guiado por la curiosidad, apagó las luces del vehículo y comenzó a seguirlo, probablemente estaba en problemas y quería ayudarlo.

Cuando el sheriff se detuvo frente a una fábrica que el oficial nunca había visto le preocupó más, esto era un claro ejemplo de negociar con criminales, por lo que al no ver nada nuevo salió de la patrulla y fue a encarar al sheriff.

+ Señor, creí que se dirigía a casa. – preguntó en cuanto el sheriff bajó la ventanilla.

+ ¿Parrish? ¿Me seguiste? Tienes que irte de aquí, ahora.

+ No puedo hacerlo, señor, desde hace horas lo vi nervioso mirando el teléfono, y si puedo evitar que cometa un error, lo haré.

+ Escucha, agradezco tu preocupación, pero enserio, debes salir de aquí, yo me encargaré. – dijo en tono autoritario el sheriff. – Ambos estaban de pie junto al automóvil sin la intención de hacerle caso al otro.