-Bella, ella es Lea. Es una amiga. -me presentó Nate a la pequeña pelirroja.
-Hola, Bella. ¿Como has estado? -pregunté extendiendo mi mano hacia ella quien la tomó tímidamente.
-¿Ella es tu novia?- preguntó obviando mi saludo y dirijiendose a su hermano mayor.
Me incomode ante la pregunta y note mi rostro encenderse en las mejillas.
-No... mmm... solo somos amigos- respondió Nate notablemente igual de nervioso que yo.
-Oh- se quejó- Que pena. -dijo mirándome- Eres linda. Me hubieses gustado como cuñada.
Y... ¡Boom!... Mis mejillas explotaron.
-Además. -continuo- te pareces un poco a la ex novia de Naty. Solo que tu eres rubia. - se dirijio a su hermano- ¿Como era que se llamaba? ¿Abby?
-Si. -respondió Nate.
-Bueno. No importa. -dijo mirandome ahora a mi- Ahora que se que no están juntos puedo llevarme a Lea a jugar conmigo en mi cuarto. ¿Quieres venir, Lea? - me pregunto. - El oso Fred y yo estábamos haciendo una fiesta de té y estas invitada.
-Bella- alargo Nate- No creo que Lea quiera...
-Me encantaria asistir, rojita. -interrumpi- pero con una condición
-¿Cual? -dijo poniendo ambos brazos en jarra.
-Que Nate también este invitado. -propuse.
-Está bien. -Acepto.
Me tomé mintiempo para ver a Bella con detenimiento en lo que la seguía a su cuarto mientras Nate empujaba su silla de ruedas. Era una pequeña ruluda de mechones rojos adorable. Vestía un vestido verde de lunares blancos y un enormisimo collar de perlas blancas que claramente era de su madre. Nate la ayudó a sentarse en la diminuta mesa y cuando se estabilizó me invito a sentarme a su lado. Yo estaba entremedio de Bella y una pequeña muñeca Barbie, Nate en cambio estaba entre un oso gigante que supuse era el tal "Fred" y un payaso que en realidad daba miedo.
Me tomé mi tiempo para registrar la habitación. Las paredes eran de color rosa menos la que tenía un enorme ventanal de vidrio que daba a la calle. Junto a su cama una mesita de luz con millones de cuentos infantiles y una computadora. También unas fotos de Bella junto a Nate y su madre adornaban las paredes, lo que llamó mi atención fue que en ninguna fotografía aparecía con su padre.
Pero lo que más me confundió fueron la colección de remedios sobre su estantería.
Todo perfectamente ordenado, limpio y hasta diría desinfectado.
Bella se propuso a servir las tazas de té, pero al notar que le faltaba el azúcar le pidió a Nate sentarla en su silla y ella sola se fue por la puerta en busca del azúcar.
-Está enferma. -comento Nate sacandome de mi no muy disimulada observación.
-¿Que?- pregunté sin entender.
-Bella. Está enferma.- pude notar lo triste que Nate estaba con cada palabra que decía. Su rostro había palidecido en un instante.- Tiene leucemia.-susurro.
-¿Qué?¿Que?- pregunte alarmada.-¡Tiene 5 años! ¿¡Cómo puede tener leucemia!?
-Simplemente la tiene.- Nate parecía tan pasivo hablando del tema. Debia sentirse horrible. Yo me sentía horrible y apenas conocía a la criatura.
Nos quedamos en un silencio que no era incomodo como lo anteriores. Me mataba la idea de que esa niñita, tan linda, adorable y dulce tuviese una enfermedad tan grave.
-¿Es terminal?- me aventure a preguntar.
-Aun no se sabe. Estan haciéndole unos estudios y no ha tenido síntomas por semanas, pero aun no tienen muy en claro en que grado de gravedad se encuentra. – el se encontraba con sus manos sobre su cara. Cada palabra que mencionaba lo decía como un solloso. Debia estar matándolo todo esto. –Yo… yo…ya no se que hacer. Intento de todas formas que disfrute lo poco que puedo darle, intento sacarla a pasear, que disfrute, que haga amigos. Pero todo es peligroso. Cada cosa que hace puede estar poniéndola en riesgo. –una lagrima cayo por su ojo trazando un camino por su mejilla.
-Nate. No tienes porque…
-¿Tienes idea de lo que puede ser no poder hacer nada por miedo a morirte? – me pregunto inundado en lagrimas.
-No,- le respondi francamente. –pero se lo que es tener a alguien de ti en esos momentos y te juro que es lo mejor que podría pasarme. Siento que siempre podre confiar en esa persona. – respondi refiriéndome a mi madre cada vez que mi asma volvia. – No puedes protegerla de todo, Nate.
-Ya lo se, es solo…- suspiro- No quiero que me deje.
-Por supuesto que no lo hara. Y ahora que lo se, yo tampoco lo hare. Puedes contar conmigo siempre, lo sabes ¿verdad?.
-Claro que lo se. Pero nadie puede ayudarme con esto, Lea.
-¿Tiene cura?- pregunte.
-Si un transplante de medula en su espina dorsal, pero es extremadamente costosa, no hay forma de que lleguemos a esos montos.
En ese instante, Bella entro junto con la silla de ruedas y una jarra de agua mientras maldecia lo hirviendo que estaba.
-¡Estupida agua!- grito y Nate y yo estallamos en carajadas. Nate había limpiado las lagrimas de su rostro para que su hermana nunca se enterase que fueron derramadas por ella.
-Nate…- llame su atención. El me miro y sonreí.- Todo tiene solucion.
-xxx-
Estabamos en la hora de la cena, y luego de avisarle a mama de que cenaria con los Parks, estaba sentada enfrente de Elisabeth y Nate mientras Bella me contaba lo maravilloso que había sido su dia.
-Brian es el chico mas lindo del universo y mas alla, ¿deacuerdo? – Exclamo Bella con cierto enfado ya que la señora Parks y yo reíamos cada vez que su hermano mayor se ponía en su rol de “hermano sobre protector”.
-¿Y se puede saber quien es ese tal Brian?- dijo Nate peleando con su hermana.
Bella suspiro con cansancio – El chico mas lindo del universo y mas alla – repitió - ¿Es que no me estas prestando atención, Naty?
-Claro que si. Y estoy tomando nota para ir a romperle la cara a cualquier muchacho que se acercase a mi hermanita. ¿Entendido? – contesto.
-Entendido- refunfuño ella.
Desde las afueras de la casa una bocina llamo alertando todos mis sentidos, luego unas luces iluminaron las ventanas y pude distinguir un auto estacionando en la cohcera de su casa.
-¡Dijiste que no vendría hasta mañana, mama!- grito Nate a su madre quien estaba mas palida de lo normal.
-¡No se por que esta aquí! –contesto- ¡Vamos, Nate! ¡Sacala de aquí ahora mismo!
Bella se había quedado como una estatua y yo veia como Nate y su madre no dejaban de discutir y no sabia que hacer.
-¡Que te la lleves lejos! –exclamo su madre.
Nate tomo con fuerza mi brazo y comenzó a tirar de mi hacia lo que creía era el patio trasero. Abrio la puerta y jalo de mi hasta la verja que dividia su casa de la mia.
-Ahora, Lea. Sube tus pies a mis brazos y cuando cuento 3 saltas. –dijo agachándose ante mi.
-¿Pero que?¿Que esta pasando Nate?- pregunte horrorizada.
Todo había dado un giro demasiado inseperado.
-¡Que subas por el amor de Dios! – me asuste ante su reacción y simplemente hice lo que me dijo. Cuando conto el “3” salte y cai de lleno en el césped de mi casa.
-Mañana te lo explicare todo, Lea. Te quiero. –dijo Nate antes de irse por donde vino y dejarme con una nube de dudas sobre mi cabeza.
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My Platonic & I
Teen FictionMY PLATONIC & I "Amando a lo incorrecto" Lea Whytes es una nerd en su escuela. Un poco antisocial pero con amigos leales. Terca, sarcástica, enojona. Ella quiere recuperar a su ex novio quien la dejo. Nate Parks un rebelde sin causa que acaba de...