Capítulo 25: My Stepbrothers

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Dios, si que duele.

Oh mierda. Por favor.

¿Puedo morir?

Quiero morir.

Porque el murió.

Mi papa. Mi mejor amigo. Él.

No, quiero que muera el maldito batracio de Manis que mato a mi padre.

Si, eso quiero. Eso estaría bien.

Quisiera volver el tiempo atrás para que mi papa pudiese salvarse, para yo poder avisarle que si entraba en esa mina nunca mas saldría.

Nate había venido a verme cuando se entero de su muerte. Por el shock de la noticia me habían recomendado quedarme un dia mas en el hospital, pero mañana a la mañana tendría que irme. Nate no hablo desde que llego hasta que se fue. Solo dejo que llorase. Él estuvo conmigo incluso cuando Jake se fue prometiendo llamarme luego. Nate fue mi hombro de llantos, como también el de mi madre. El supo acogerme lo suficiente como para pasar el rato. Se hizo de noche y entre lagrimas, Nate nos dejo y con mama nos acostamos a dormir.

Ya era de mañana, un nuevo dia feliz, dirían algunas personas, pero no yo. Apenas despertamos, con la flojera del llanto, recogimos las cosasy volvimos a casa luego de tres días fuera.

Apenas llegue a la casa, subi las escaleras y me encerre en mi habitación. No planeaba salir en un largo tiempo.

Luego de que Nate se fuera me había acostado todo el tiempo en la cama y no me había levantado hasta hoy. Nunca recibi la llamada que Jake me prometio pero ,Kate, Oliver, Abby y Lance , quienes también se habían enterado por la televisión, no han parado de mensajearme, no han venido porque quieren darme mi espacio y les agradezco por eso.

El dia esta gris, con nubes a los alrededores que le dan mas tristesa a mi dia, parece que lo hacen a propósito.

Mi madre. Bueno, pues ella esta igual o peor que yo. No se ha movido de la sala en ningún momento. Sigue con su cara pegada a la pantalla de la TV, esperando a que alguien diga que ha sido una equivocación y que Henrie Whytes sigue vivo.

Obveamente, eso no sucedería. Por que el mundo es cruel y no quiere que ninguna persona sea feliz.

Entre sollozos decidi bajar. Despues de todo, tenia que bajar en algún maldito momento.

Al llegar abajo, mama se encontraba frente al televisor mientras televisaban como había explotado todo matando a miles de personas inoncentes, como mi padre. Oh ¡Joder!

Me sente junto a mama, no para ver lo sucedido si no para ver si entre ambas podíamos consolarnos la una a la otra. Al fijarme en la mesa ratona se encotraban unos periódicos con el absurdo titulo de "Pocas personas muriendo por la guerra" empapados por lo que supuse fueron las lagrimas de mi madre. Una taza de café y pañuelos de papel.

-¿Mama?- dije con voz timida.- Tienes que tomar el café. Sera mejor para ti, lo prometo.

-No lo quiero. –contesto sin siquiera mover sus ojos a mi.

-Un poco tan solo.....

-¡Que no lo quiero Lea, no quiero nada!-dijo.

-¡Esta bien!

El timbre sono y me gire a la puerta. Pense en no abrir. Venian haciéndonos varias bromas desde que llegamos diciendo que mi padre seguía vivo o con falsos chicos vestidos de soldados con información estúpida que se conseguia por internet. Pero también podía ser algo importante. De mi padre, quizá.

Por lo que sin preocuparme de mi pelo enredado y para nada peinado, mis épicas ojeras y espantoso corrido de rímel abri la puerta. Efectivamente tenia razón. Un hombre de traje oficial estaba frente a mi junto a un paquete con un sobre encima de el.

My Platonic & IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora