Capítulo 32: Love Me Like You Do

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Lea's Pov

¡Como detesto besar de sentada! Por favor, es una de las cosas más incomodas del mundo. ¿Es que la otra persona no se da cuenta de que estamos totalmente contorsionados mientras intentamos ser tiernos?

Sin embargo, eso no era lo que más abundaba en mi mente en aquel momento, si no que los labios de Nate sobre los míos, su manos: una sobre mi cadera y la otra en mi mejilla mientras que las mías jugueteaban en sus mechones de cabello enhebrando una por una cada una de sus hebras de cabello morocho. Notaba como él quería profundizar más el beso y acercarnos ya casi nos era imposible, puesto que nos encontrábamos prácticamente encima del otro.

Poco a poco fui dejándome llevar y siguiendo el deseo de ambos, fui arrimándome de la manera correcta hasta que me encontré "mágicamente" puesta a horcadas sobre la entre pierna de Nate. Y ahora era yo la que parecía que controlaba el beso, y él se encontraba totalmente sorprendido ante mis actitudes, puestas que no era tan usual en mi tanta osadía.

Mis manos habían abandonado momentáneamente su trabajo en la cabellera de Nate mientras que ocupaban su tiempo en sostenerse sobre sus mejillas mientras continuábamos besándonos. En mientras tanto, Nate no perdía el tiempo y guiaba sus manos a moverse de una manera delicada sobre mi abdomen por adentro de mi blusa del pijama.

¡Y tenía que admitir que se sentía tan exquisitamente bien! Era una marea de sensaciones increíbles.

Nate separo nuestras bocas por unos momentos en el que ella se encargó de recorrer todo un camino de besos bajando desde mi cuello hasta llegar a mi hombro pasando por mi clavícula. Solté un pequeño gemido de sorpresa que inmediatamente fue callado cuando note que Nate intentaba ponerse de pie conmigo encima de él.

Como si fuera tan liviana....

Aun confusa sin saber cual era su idea, lo ayude a ponerse de pie, pero nunca dejando de besarnos. Él había vuelto a dirijir toda su atención a mi boca y yo me encargaba de sujetarlo fuerte y cercanamente a mi mientras uñas se encarnaban en su piel de la espalda.

Rápidamente descifre que los pasos a ciegas que intentábamos hacer mientras nos besábamos eran dirigidos hacia su habitación sin ningún reparo y fue en el momento en el que descubrí lo que estaba por pasar.

Estaba por perder la virginidad.

Pero... ¿Y si no lo hacía bien? ¿Y si era demasiado inexperta para él? Nate debió de notar mi repentino cambio de humor cuando, aún agitado, se alejó de mí y tomo entre sus manos mi mentón obligándome a mirarlo directamente a los ojos.

-Si quieres podemos detenernos ahora. –dijo susurrando con total comprensión en su voz. –No pienso obligarte a hacer nada, Lea.

-No. No es eso. –Suspire y deje de mirarlo por simple vergüenza –Es solo que... ¿Y si no lo hago bien? Dejaras de quererme. –era obvio que en ese momento estaba siendo consumida por la angustia, puesto que Nate elevo mi rostro con las manos que aún seguían en mi mentón y lego de regalarme un casto beso dijo:

-Yo nunca podría dejar de quererte.

Nunca sabré cuál de esas palabras fueron las que me tocaron el alma, ya que segundo más tarde me encontraba siendo alzada por Nate caminando a ciegas hasta su cama mientras tenia mis piernas enrolladas en su cadera.

Ahora era yo la que volvía a tener el control de la situación, hasta que Nate hizo que mi espalda apoyara contra el colchón hundiéndome más cuando él se posiciono sobre mí. Como si mi vida dependiese de ello, comencé a deshacerme de la remera de Nate con desesperación hasta que ya no la traía puesta. Lo mismo hice con su pantalón. Rápidamente, tenía a un sexy chico semidesnudo frente a mí.

My Platonic & IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora