Capítulo 30 I Vivir juntas I

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POV LUZ:

¿Les ha pasado alguna vez que alguien les debe decir algo que saben que es importante, pero no quieres que lo diga porque piensas que es algo malo?, pues así estoy yo ahora. 

– Entonces... ¿Qué querías decirme? – indague, dejando el vaso en la mesa, nerviosa.

Estábamos en un pequeño restaurante ya que Amity me había dicho que quería conversar un tema importante conmigo.

¿Estaba nerviosa?, claro que sí, pero intentaba ocultarlo lo mejor que podía.

Ella se acomodó en su silla jugando con un pedazo de servilleta.

Me tranquilizaba un poco que al parecer yo no era la única que estaba nerviosa.

– Me comentaste que mandaste una solicitud a Yale, además de que te habían ofrecido una beca – me comento, empezando a mover sus dedos en la mesa.

– Sí, ¿a qué viene eso?

– ¿Si aceptan en Yale piensas vivir en New Haven?

Levante una ceja con clara confusión. No estaba entendiendo nada.

Amity estaba comportándose de manera rara desde esta mañana. Tanto su comportamiento como sus mensajes no eran los comunes.

– ¿A que vienen estas preguntas?

– Solo respóndeme – me pidió.

– No voy a responderte nada hasta que me digas que estas tramando.

Ella elevo la comisura de sus labios. Definitivamente Amity estaba tramando algo.

– No es nada malo, al menos no desde mi punto de vista – murmuro con cierta diversión.

Mis nervios y curiosidad combinados jamás eran buenos.

– Amity – insistí.

– Solo responde y lo entenderás – me aseguro, con una sonrisa de lado.

Suspire para luego rodar los ojos. No me quedaba de otra que esta vez tener que acceder yo.

– Si, por lógica es lo que quiero hacer. Primero necesito que me acepten, y luego buscare alquilar algún departamento o algo así.

La sonrisa en su rostro se agrando. Sus ojos se iluminaron rápidamente y dejo de jugar con la servilleta.

– Perfecto.

– ¿Ahora si me dirás lo que estas tramando y por qué te estas comportando tan extraña desde hace rato? – le pregunte directamente ganándome una pequeña risa de su parte.

Lo bueno de este lugar es que no había mucha gente, así que no debíamos preocuparnos demasiado por comportarnos.

Ella metió su mano en su bolsillo sacando una carta y extendiéndomela.

– ¿Y eso?

– Una carta – respondió con obviedad.

– Estúpida. Se perfectamente que es una carta, pero, ¿por qué la traes y por qué me la quieres dar?

Ella solo se encogió de hombros.

–Preguntas demasiado, solo tómala y léela.

Entrecerré mis ojos mirándola con cierta desconfianza.

- Soy tu enamorada, debes empezar a confiar un poco más en mí.

Sus palabras no hicieron que mi expresión cambiara ni un poco.

NUESTRO JUEGO - LUMITY AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora