EXTRA 5 I Fin de semana parte 1 I

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¿Cuál es la posibilidad de que si me tiro de un avión el parecidas no se abra?

– Y recuerda, la comida está en el refrigerador y llámame si pasa alguna emergencia – me repite por sexta vez Luz.

Ruedo los ojos con irritación.

– Lo sé, lo sé, no tienes que volver a repetirlo. No tengo cinco años, estaré bien. 

Willow solo nos mira con una sonrisa divertida en sus labios. Boscha por su parte se encuentra muy concentrada leyendo las instrucciones del televisor nuevo.

– Estas prestando atención a lo que te digo, ¿verdad Amity?

Abro mi boca, fingiendo ofenderme.

– Obviamente, ¿por quién me tomas? – le pregunto.

Luz suspira, para luego dirigir su atención a Dylan que nos está observando desde la sala.

– ¿Crees poder tu solo con ellas dos? – le pregunta, haciendo referencia a mí y Lucia.

«La amo»

Mi entrecejo se arruga al instante, y la carcajada de Boscha no tarda en hacerse presente.

– Obviamente, mami. Confía en mí, no te voy a fallar – le asegura, confiado.

Quedarme con Dylan no me preocupa, con Lucia es otra cosa.

«El karma, Blight»

¿Cuándo mierda te piensas jubilar?

– Yo sé que no mi vida, pero igualmente tienes mi número y solo debes hacerme una llamada cuando creas que las cosas se están saliendo de control – le recuerda.

– No exageres – pido, mientras doy unos pasos para acercarme a ella y poner mis manos en su hombro.

– Tranquiliza, Noceda – habla Boscha, dejando las instrucciones de lado y sonriendo con arrogancia – yo me asegurare de que tu casa no termine incendiada, y claramente de devolverte a tu novia y tus hijos en una pieza.

Luz entrecierra sus ojos en su dirección, para luego regresarla a Dylan, quien está sonriendo. Él ha dejado su libro a un lado y ahora tenemos toda su atención.

Lucia todavía debe estar arriba sin prestarle mucha atención a todos esto y al mundo en general, y no la culpo, si yo pudiera hacer eso también lo haría. Amo a mi hija, pero a veces hace que mi paciencia amenace con acabarse, y es mucho peor que con Luz.

– ¿Podrás con las tres? – corrige Luz, volviendo a preguntarle a Dylan, quien suelta una pequeña risa.

Boscha arquea una ceja, molesta. Willow solo sonríe negando lentamente.

– No te preocupes, mami.

– Bien, en ese caso creo que ya podemos irnos – le avisa a Willow, quien asiente lentamente, agarrando su bolso.

Boscha rueda los ojos, para luego sacarle el dedo del medio mientras camina a la cocina.

– ¡Lucia, ya nos vamos! – grita Luz, llamándola para que la escuche.

Pongo una de mis manos en el rostro de Luz para que me mire. Sé que todavía hay cierta preocupación en ella.

«¡A mí me preocupa la casa!»

– Todo estará bien, no es la primera vez que nos quedamos los tres – le recuerdo, intentando calmarla. Acaricio su rostro con mis pulgares, sacándole una pequeña sonrisa.

NUESTRO JUEGO - LUMITY AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora