Capítulo 32 I Conociendo a nuestra cuñadita I

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POV LUZ:

Me encontraba en la casa de los Blight ya que Amity y yo habíamos decido tener una tarde de películas. En realidad, eso había sido más mi idea, ella al inicio no estaba muy convencida, pero termino accediendo.  

Solté una pequeña risa al ver que Amity seguía molesta. Estaba sentada den uno de los sillones de la sala, mientras miraba las redes sociales en su celular.  

– Quita esa cara – le pedí, sentándome a su lado. 

Ella dejo de lado su celular y fijo su atención en mí. 

– Mi habitación es mucho más cómoda que la sala.

Bueno, no iba a negar que su cama era bastante cómoda, a pesar de que solo hubiera estado una vez en su habitación.

– Pero si tu sala parece cine, es mucho más grande que mi sala, ¿Cómo puedes quejarte tanto?

– Repito, mi habitación es mejor y más cómoda. 

– Bueno, no te molestes conmigo, después de todo no fui yo quien se negó a esa idea.

Amity consideraba que el mejor lugar de su casa para que estuviéramos cómodas y viéramos las películas era su habitación, yo estaba de acuerdo con eso, pero, a su madre no le hizo mucha gracia la idea. 

– Podríamos subir sin que nadie se dé cuenta. Mi madre respeta mi privacidad, así que no ingresará sin toca la puerta o simplemente ni se dará cuenta.

Al parecer Amity no tenía un tan amplio conocimiento sobre madres como yo; ellas siempre lo sabían todo, no sé cómo lo hacían, pero siempre saben lo que sus hijos hacen. La señora Odalia a pesar de parecer una persona que no le importara mucho la vida de sus hijos, se notaba que se preocupaba por cada uno de ellos, al igual que tenía ciertas reglas que esperaba que se cumplieran.   

– No pienso, ni quiero tener problemas con tus padres, Amity.

Ella suspiro y se cruzó de brazos con una expresión pensativa. 

– La próxima vez terminare pidiéndole a Boscha que me dé una copia de las llaves de su casa para que nadie nos moleste.

– Ni se te ocurra – le advertí, apuntándola con mi dedo – con la suerte que tengo lo que menos quiero es que al final sus padres nos encuentren en su casa.

– Aunque tuvieras la peor suerte del mundo, eso no pasaría. Los padres de Boscha están más de viaje que en casa, además de que ellos me conocen por lo que no harían preguntas.   

– No.

– Bueno, me tocara llevarte sin que lo sepas al parecer.

– Como se te ocurra hacer eso, te juro que me molestare bastante contigo, Amity Blight – le hice saber. 

Me di cuenta que ella contuvo una sonrisilla maliciosa, logrando solo elevar un poco la comisura de sus labios. 

– Ya, tampoco te exaltes – me pidió, pasando una de sus manos por mi cuello, y dándole leves caricias.  

Sus caricias siempre tenían una reacción en mi cuerpo que todavía no comprendía, me asustaba eso, pero al mismo tiempo me encantaba. 

Suspire y me pase una de las manos por la cara.

– Me pones de mal humor rápidamente.

– ¿Quieres que te haga masajes?

Tentador, demasiado. Por suerte poco a poco había aprendido que ella casi siempre tenía segundas intenciones con la mayoría de sus acciones.  

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