Capítulo 28 I Hermanos y propuestas I

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POV AMITY:

Baje dando pequeños saltitos (obviamente teniendo cuidado de no caerme por las escaleras).

– Te caerás rodando por las escaleras como en típica telenovela como sigas dando esos estúpidos saltitos – me asegura Liam, que venía bajando las escaleras todavía en pijama y con cabello un poco desordenado. 

La forma de vestir de Liam no iba para nada acorde a su estado de humor en las mañanas.

– ¿Recién levantado, Li? – me burle, con una sonrisilla de esas que tanto le sacaban de quicio.

«Sí que parecen hermanos, ¿en serio no hay posibilidad de que sean hermanos perdidos?»

Él hizo una mueca y bajo sin decirme nada. Se notaba de lejos que estaba molesto e irritado. 

– ¿A qué se debe tu buen humor mañanero? – me pregunta, una vez que estuvimos en el comedor.

No pensaba contarle sobre lo mío con Luz, al menos no todavía; Liam ya me molestaba cuando ella y yo no éramos nada, si se enteraba ahora las cosas serían peores. 

– A nada en especial, ¿y a qué se debe tu terrible humor? – ataque, cambiando de tema. 

Él suspiro, mientras se daba unos golpes contra la mesa.

«Pobre mesa»

– Todo es culpa de Boscha y sus estúpidas ocurrencias. Juro que como me salgan ojeras no tiene mundo para correr.

Solté una carcajada ante la exageración de mi mejor amigo.

– ¿Qué paso exactamente? – indague, tomando un poco de café.

– A Boscha se le ocurrió la grandiosa idea de pegar algunos acertijos que no llevan a nada en específico en la puerta de algunas personas para que estuvieran intentando descifrarlas.

Eso llamaba mi atención.

¿Dónde mierda estaba yo en ese momento?, me hubiera divertido mucho. Las personas son muy fáciles de engañar.

– Me gusta la idea – admití con una sonrisa.

Liam sonrió y paso una de sus manos por su cabeza intentando acomodar su desordenado cabello.

– A mí también – acepto – y ten por seguro que luego veremos las grabaciones para reírnos un rato de las reacciones de los demás, pero, claramente pegar acertijos en varias casas y a una distancia prudente toma su tiempo, y eso fueron horas de sueño perdidos para mí.

Solté una pequeña risa ante sus palabras. Dormir era sagrado para él.

– ¿No completaste tu sagrado horario de sueño? – me burle, ganándome una mirada de muerte de su parte.

– No – respondió entre dientes. 

Ahora entendía su pésimo humor, si a mí tampoco me dejaran dormir mis horas necesarias estaría igual que él, incluso peor.

«Pero si tú ya tienes un horrible humor de por sí»

– Ahora entiendo tu pésimo humor mañanero, bueno, peor de lo habitual – me seguí burlando. 

Estoy disfrutando esto. 

Él me saco el dedo corazón, para luego seguir comiendo.

Nuestra conversación se vio interrumpida por la aparición de mi madre que se sentó a nuestro lado dejando un montón de papeles sobre la mesa.

NUESTRO JUEGO - LUMITY AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora