ꜱᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴛʏ ~ ꜱʜɪɴɪᴄʜɪʀᴏ ꜱᴀɴᴏ

03

- Shin, ¿puedes comprarme este jugo? - Su pequeña hermana lo miraba con mucha emoción -

- Está bien Emma, puedes llevarlo.

Se encontraban haciendo las compras del mes en un supermercado cercano a su hogar. Emma se había ofrecido ayudarlo y Mikey fue porque estaba aburrido.

- ¿Me dirás quién es la chica o no? - Su hermano menor lo miraba de forma retadora. Desde el día de la tienda, Mikey no había dejado de preguntarle por la chica que fue mencionada.

- No es nadie Mikey, deja de hacerte ilusiones. - Comentó Shinichiro para seguir con las compras.

- ¿Qué chica? - Preguntó ahora su hermana

- Como dije, no es nadie. Solo va por su hermano quien pasa las tardes en el taller. - Buscaba evitar el tema, le era difícil no ilusionarse, y tener a su hermano menor recordándole a cada momento del día, lo hacía aun peor.

- Tal vez... de todas formas, no te haría mal una novia, tu juventud se acaba. Te estás poniendo feo. - Los mismos comentarios de Mikey, Shinichiro ya había aprendido a ignorarlos.

- Sí, como digas. -

- Iré a buscar dorayakis, los encontraré luego - Al decir eso, Mikey se perdió por los pasillos en busca de su tan adorado bocadillo.

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Necesitaba un bocadillo como premio para Max, entre tantos en la sección de mascotas le costaba elegir, hasta que se decidió por unas tiras con sabor a carne.

Cuando ya estaba lista para retirarse, escuchó alguien detrás de ella.

- Señorita, disculpe - Se giró para ver a la otra persona - Usted sabe dónde... Oh, es la chica del cachorro, de la otra noche. -

- Oh, sí, te recuerdo, estabas con el chico pelinegro, ¿estás solo? -

- No, estoy con mi hermano y mi hermana, como sea... ¿Si adoptó al perrito? -

- Claro que sí, se llama Max y ahora mismo estoy comprándole bocadillos. - Le mostró la bolsa en sus manos.

- Bocadillos... Oh, claro, eso iba a preguntarle... ¿Sabe donde están los bocadillos para personas como yo?, No para mascotas. - Soltó una risa.

- Claro, están en el pasillo 4. Estamos en el pasillo 7, así que debes ir en la dirección contraria. -

- Mi sentido de orientación está malo, me fui al pasillo de los bocadillos erróneos. -

Soltó una pequeña risa - Si quieres puedo acompañarte, para que no te vuelvas a perder. -

- Estaría muy encantado. -

Así fue como _____ lo acompañó. Durante el camino compartieron sus nombres y descubrieron que vivían relativamente cerca, e incluso Mikey se ofreció él mismo para acompañarla a su hogar y jugar con el perro.

- Me parece una muy buena idea, pero te recuerdo que no estás solo, tu hermano y hermana te deben estar esperando, así que no te demores y mejor ve con ellos. - Sacudió el cabello del contrario.

- Puedo cuidarme solo. - Infló sus mejillas - Pero debo cuidarlos a ellos, sin mí no podrían sobrevivir. -

Lo miraste divertida - Ve a cuidarlos entonces, otro día podrás conocer a Max y jugar con él. -