ꜱᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴛʏ ~ ꜱʜɪɴɪᴄʜɪʀᴏ ꜱᴀɴᴏ

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22 de febrero, 2006

- ¿Irás más temprano al trabajo? – Le preguntaba mientras se arreglaba la ropa.

- Ah, sí, Izana no puede ir, así que de lo más seguro es que esté solo, a menos que lleguen los chicos. – Le sonrió – ¿Tú saldrás? – Se acercó para abrazarla.

- Sí, iremos con Emma a un santuario para pedir por la salud de Keiichiro. – Acarició el rostro del chico.

- Si tuviera con quien dejar la tienda, iría con ustedes. – Hizo un pequeño puchero.

Lo besó – Podrá ser la próxima vez, no te preocupes. –

Asintió – ¿Irás en el auto? –

- No, quiero caminar un poco, mi madre dice que es bueno. –

- Bien, llámame en caso de cualquier cosa. – Se agachó a la altura del vientre de su esposa – Nos vemos, campeón. – Dejó un corto beso. Luego tomó las llaves de su motocicleta y abrió la puerta, pero se detuvo.

- ¿Sucede algo? – Le miró con una sonrisa.

Volvió a ella y la abrazó – Te amo, los amo mucho. – Dejó un beso en los labios de ella y volvió a retomar su camino – Volveré a la hora. – Dijo antes de partir al trabajo.

_______ se quedó un momento en el sofá esperando a que la chica llegara. Una vez listas, tomó su bolso y ambas partieron rumbo al santuario.

No estaba lejos, el recorrido ya lo habían hecho algunas veces, así que conocían el camino de memoria.

- ¿Estás cansada?, podemos descansar si quieres. – Emma estaba atenta en todo momento de su cuñada.

- Voy bien, no te preocupes. – Le sonrió – Solo que este pequeñín está un poco inquieto. – Tocaba su vientre.

- Supongo que quiere conocer a su adorable tía. – También llevó una de sus manos al vientre de la chica para sentir esas pataditas que amaba – Hoy planeo confesarle mis sentimientos a Draken. – Soltó de repente.

- ¿Lo dices en serio? – Una emoción la rodeó – Quiero saber los detalles. –

- Por supuesto, pero antes debo pedirte un favor. – Jugó con sus dedos.

- Dime, haré cualquier cosa por ti. –

- Aleja a Mikey de él, si no, no podré hablar a solas. –

Una sonrisa sutil se formó en sus labios – Cuenta con eso. –

Siguieron caminando mientras discutían los detalles de la declaración de Emma. El camino se les hizo realmente corto, sin notarlo, ya estaban frente a aquellas escaleras que anunciaban la entrada de un santuario.

- Espera aquí, compraré jugo en aquella tienda para que bebamos luego de subir las escaleras. – Dijo Emma emocionada mientras corría hacia una de las tiendas que se encontraban cruzando algunas calles.

_______ se limitó a mirarla con una sonrisa mientras se acariciaba el vientre, su corazón latía con fuerza al saber que faltaban pocas semanas para que su bebé naciera.

- Yoshida _______. – Sintió una voz detrás de ella.

Al desconocer aquel tono, miró inmediatamente hacia aquella persona, encontrándose con un chico, el mismo que había estado viendo hace unos días.

- Soy yo, solo que mi apellido ahora es Sano. – Le dijo con una sonrisa, que desapareció cuando vio que en su mano llevaba un bate.

- No me interesa, solo quiero quitarte de mi camino. – Se acercó mientras arrastraba el bate – Por ti es que todos mis planes han fracasado, pero ya no lo harás más. –

Por inercia, retrocedió rápidamente mientras cubría con sus brazos su vientre. Su corazón latía rápidamente, quería salir corriendo, pero sabía que era inútil.

Sintió todo detenerse cuando miró a su lado y una motocicleta a toda velocidad se aproximaba a ella con la intención de atropellarla. No tuvo tiempo de pensar, solo cerró sus ojos, sin dejar de cubrir su abdomen, esperando sentir el golpe.

Una mano sosteniendo su brazo la jaló hacia adelante, mientras la ocultaba en sus brazos. Escuchó como la motocicleta pasaba de largo, por lo que abrió lentamente los ojos para encontrarse con aquella persona.

Flashback

- Por favor, contesta... - Tenía su celular en la oreja mientras escuchaba a la operadora responder la llamada. "Si es cierto lo que me dijo Naoto, eso pasará hoy, y Mikey no contesta el llamado".

Vio como en la vereda del frente iba Izana junto a los hermanos Haitani. "No puedo tomarme el tiempo de esperar", se acercó rápidamente a ellos, con miedo, pero decidido.

- Izana, por favor, necesito hablar contigo. – Se ubicó frente a él.

- Hanagaki, estoy ocupado, si estás en problemas háblale a Mikey. – Intentó seguir caminando, pero nuevamente lo detuvieron. – Oye, estoy siendo amable. –

- Necesitas hablar conmigo, es sobre _______. –

El rostro del chico cambió por completo - ¿Qué sucede con ella? –

- No me preguntes cómo lo sé, pero está en peligro, tengo entendido que existen dos tipos que quieren acabar con ella... y con el bebé. – Tragó saliva – Es difícil de creer, lo sé, pero tienes que hacerlo. –

- ¿De qué hablas?, ¿Quiénes son esos tipos? – Ran intervino.

- Tetta Kisaki y Shuji Hanma. – Dijo rápidamente – Lo sé porque últimamente la han estado siguiendo... Ella debe estar camino al santuario ahora, junto a Emma, es allí donde planean hacerlo. –

Izana estaba el silencio, parecía estar procesando todo lo que el chico decía.

- Como nos enteremos que es una broma... - Ran apretó los puños.

- Vamos. – Dijo Izana – Yo la escuché hace unos días atrás, la descripción que ella dijo es muy similar a la de ese Kisaki. – Miró a Takemichi – Irás con nosotros. –

Fin del flashback

- Izana, estás aquí. – Le dijo con algunas lágrimas en sus ojos.

- Tranquila. – La abrazó – Todo está bien. – Miró a sus amigos, quienes se habían sumado más – Rindou, Shion, vayan detrás de Kisaki. – Se dirigió a los otros – Ran, Mochi, sigan a Hanma, iré detrás de ustedes. –

- Debo avisarle a Shin, tengo que irme de aquí. – Tomó su celular.

- Bien, debo irme. – Dejó de abrazarla – Kakucho y Kimura vienen en camino, espéralos. –

Asintió – Ve con cuidado, no me lo perdonaría si algo te pasa por mi culpa. –

En lo que el chico asintió, se marchó del lugar en la motocicleta que estaba estacionada más adelante.

Takemichi recién iba llegando, sonrió al notar que todo ya se había solucionado mientras descansaba apoyando sus manos en sus rodillas – Por poco, no les pasó nada. – Cerró los ojos tratando de recuperar su respiración.

________ tomó su celular para marcarle a su esposo. Buscaba con la mirada el paradero de Emma, sonrió al verla salir de unas de las tiendas.

Se giró al escuchar el ruido de un vehículo detrás de ella, lo que le pareció raro, ya que no había calles allí. Su sonrisa desapareció y lo último que sintió fue el golpe que se dio al caer por el choque que le dio un auto.