ꜱᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴛʏ ~ ꜱʜɪɴɪᴄʜɪʀᴏ ꜱᴀɴᴏ

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Llegaron a una casa que se encontraba cerca del mar, estaba bastante alejada de los lugares turísticos.

Shinichiro estacionó el auto e inmediatamente corrió para abrirle la puerta a _____ y ayudarle a bajar con el vestido que llevaba.

Ingresaron al lugar, encendieron las luces para mirar un poco y dejaron sus cosas en la sala. Recorrieron un poco el lugar, era hermoso y agradable para ambos, tendrían la privacidad que necesitaban. Se tomaron un poco el tiempo de hacer algunas cosas y luego volvieron a encontrarse.

– Espero que esta noche lo disfrutes tanto como yo. – Shinichiro rápidamente tomó a la chica en sus brazos, al estilo nupcial, y caminó con ella hacia la habitación.

– Eso está más que claro. – Dijo cuando ya tocó el suelo.

______ pasó sus manos por la chaqueta del chico, haciendo que esta se deslizara por los brazos de este. Luego comenzó a desabotonar la camisa y a soltar la corbata, dejando al descubierto su abdomen marcado, lo contempló como si fuera la primera vez que miraba a su esposo.

– Mi turno. – Su tono de voz era más ronco. Se ubicó detrás de ella para comenzar a soltar las cintas del vestido y los botones de igual forma, se le dificultó un poco considerando que eran muchos, sumando a la prisa que tenía. Cuando lo logró, dejó caer el vestido al suelo, admirando cada parte del cuerpo de su esposa – Que hermosa. – Comenzó a dejar besos desde el cuello de ella hasta la espalda.

Los fríos labios del chico hicieron que la espalda de la pelinegra se arqueara, liberando un suave gemido de sus labios.

– Me estás tentando muy rápido. – Pronunció él, dejando de besarla y posando sus manos en los pechos de la chica, mientras que restregaba su miembro ya erecto en el trasero de ella – ¿Quieres esto? –

______ asintió, dejándose llevar por las sensaciones que sentía gracias a las caricias del chico.

– Pídelo en voz alta. – Susurró cerca de su oído, llevando una de sus manos hasta el cuello de la chica para presionar un poco.

– Por favor Shin... cógeme. – Pronunció con una respiración acelerada, tratando de compensar la falta de oxígeno que tenía.

Una risa ligera por parte del chico se hizo presente. – Lo que mi esposa diga. – La giró rápidamente, posando sus manos en la cintura de la chica, presionando un poco. La apegó fuertemente a él, luego hizo que retrocediera, recostándola en la cama. – No me detendré hasta que supliques por ello. –

La besó rápidamente, con facilidad quitó el sujetador blanco que llevaba y dirigió una de sus manos hasta uno de los pechos de ella, donde comenzó a juguetear con uno de ellos, con su otra mano se apoyaba de la cama para no caer sobre la chica.

Al notar como la chica abría las piernas, restregó su miembro contra la feminidad de ella, buscando satisfacción para ambos, sonrió cuando escuchó sus gemidos. Bajó su boca hasta uno de los pechos, pasó su lengua y luego chupaba con desesperación el pezón, mientras que con su mano le daba atención al otro pecho. Dejó uno que otro mordisco antes de abandonar esa zona.

Bajó hasta encontrarse con la feminidad de la chica, repartió besos por los muslos de esta, para luego comenzar a retirar las bragas blancas con encaje que su esposa utilizaba. Una vez teniéndola completamente desnuda, llevó su boca hasta la vagina de la chica, pasando su lenga por toda la longitud.