ꜱᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴛʏ ~ ꜱʜɪɴɪᴄʜɪʀᴏ ꜱᴀɴᴏ

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Advertencia +18
(Pueden saltarse hasta casi el final si no quieren leerlo)

- ¿Cuánto crees que tarden? – Shinichiro ayudaba a la chica a preparar la casa.

- Una hora tal vez, quizás menos. – Ella acomodaba los sofás.

20 de Diciembre, Kakucho al fin saldría del orfanato y su custodia quedaría a los Yoshida, aunque él seguiría siendo Hitto.

Los padres y hermano de _____ fueron a buscarlo al establecimiento y además debían firmar algunos papeles. Izana también los acompañó.

Ahora los dos jóvenes se habían quedado en la casa de los Yoshida para prepararle una cálida bienvenida.

- ¿Has notado algo? – La miraba con una sonrisa coqueta.

- ¿Sobre? – Estaba tan distraída que no notaba la indirecta.

- Estamos... solos. – Se acercó por detrás de la chica y la atrapó con sus brazos, dejó un cálido beso en el arco de su cuello.

- No puede ser, tienes razón. – Ella se dio la vuelta y le tomó la mano – Vamos, aún tengo mi habitación aquí. –

Entre risas subieron la escalera, parecían dos estudiantes que huían a escondidas, así lo sentían ellos.

Él se dejó guiar por ella y al llegar a su habitación se aproximó.

- Me encantas. – Entre risas la besó intensamente, le acarició el trasero por sobre la tela del vestido mientras cerraban la puerta.

No les dio tiempo de hablar, contaban con muy poco.

Con rapidez comenzaron a quitar la ropa del otro. Shinichiro se detenía de vez en cuando y besaba el hombro y las mamas de la chica, que con el tiempo se habían vuelto su obsesión.

Por su parte, _____ acariciaba la entrepierna del chico para lograr su objetivo, cosa que no le tomó mucho tiempo ya que en segundos estaba totalmente erecto.

Los masajes que las manos cálidas de la chica le daban a su miembro eran gloriosos. Tiraba su cabeza hacia atrás mientras liberaba algunos gemidos bastantes altos.

- Maldición. – Se puso inquieto.

- ¿Qué pasa? – Ella lo miró sin detener los movimientos de sus manos, además comenzó a besarle el cuello.

- _____... no tengo condones aquí. – Enredaba sus dedos con el cabello de la chica.

- Está bien... me estoy cuidando. – Empujaba al chico en dirección a la cama.

- ¿Dices que lo hagamos así? – Se sentó al borde de la cama.

Ella asintió, luego empujó levemente el cuerpo del chico, dejándolo acostado.

La mano de Shinichiro recorrió los pliegues vaginales de la chica, estaban empapados por los fluidos, lo único que quería era entrar, moría por hacerlo.

______ acomodó una mano en el abdomen de él y con la otra acomodó el glande del chico en su entrada. Comenzó a bajar lentamente, sintiendo por primera vez el contacto piel a piel entre ambos genitales.

Gemidos por parte de ambos abundaron la habitación. Luego ella comenzó a moverse en dirección de adelante y atrás, mientras dejaba sus manos firmes en el abdomen del chico.

Los movimientos eran lentos pero placenteros para ambos, disfrutaban cada estocada y los sonidos que se mantenían dentro del lugar.

El calor comenzó a hacerse presente entre ambos, no tanto para hacerlos sudar.