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15 de octubre, 2002

- ¿A dónde vas tan arreglado? – Emma miraba a Shinichiro desde la puerta.

- Tengo una cita, volveré en la noche quizás. – Verificaba que su Yukata estuviera bien colocada, no acostumbraba a usarlas.

- Irás con _____ - Pasó sus brazos por su espalda - ¿Puedo ir? –

Shinichiro se giró en dirección a ella, iba a negarse buscando la forma más amble de decirlo, pero se quedó en silencio al ver el rostro de la menor, quien trataba de contener las lágrimas.

- Emma... ¿Éstas bien? – Se acercó rápidamente hacia ella.

Ella asintió – Sí, estoy bien, solo quiero salir. – Trataba de limpiar sus ojos.

Ahora se encontraba en un dilema, sentía su corazón presionado ya que quería llevar a su hermana, pero era una cita con _____ y no sabía cómo ella se lo tomaría.

- Bien, tienes una Yukata, ¿No? – Ella asintió – Ve a ponértela, salimos en 20 minutos. –

Emma salió corriendo de la habitación, ahora Shinichiro debía avisarle a _____ que su cita para dos se había convertido en una para tres.

Fue a la sala en busca de su celular para enviarle un mensaje, pero se detuvo ante lo que vio.

- ¿Qué haces así vestido? – Miraba a su hermano.

- ¿Qué hago?, Te estoy esperando, demoras mucho en arreglarte. - 

Mikey estaba sentado en el sofá mientras comía y llevaba puesto una Yukata de igual forma.

- Necesitas que alguien cuide de ti mientras la conquistas. – Se levantó de salto - ¿Y quién mejor que yo? –

- No puede ser. – Tomaba su cabeza –

- No te puedes negar, llevarás a Emma. – Pasó por su lado – Te quedan 15 minutos. –



El timbre sonó y _____ se apresuró en salir. Se había colocado una Yukata de un color morado pastel con algunos diseños, y llevaba el cabello recogido con accesorios del mismo color. Tomó el bolso donde guardaba lo necesario y salió.

Gran sorpresa se llevó cuando vio a Shinichiro, quien tomaba de la mano a Emma y Mikey. No había recibido mensajes del chico, así que quedó confundida.

Pero estaba feliz de verlos, se veían tan adorables con sus Yukatas, no dudó en apresurarse en salir para poder saludarlos.

- ¿Tres bellos ángeles vinieron por mí? – Emma fue la primera en abrazarla.

- Lo siento, nos colamos a su cita. – Decía avergonzada la pequeña.

- Está bien, me alegra que estén aquí y podamos salir juntos. – Acarició el rostro de la menor – Que hermosa te ves, Emma. –

La menor se sonrojó, ahora quien se acercó fue Mikey.

- Vine a cuidarte. – Dijo mientras se paraba recto.

- Seguro que sí. – Le sonrió – Te ves muy precioso, Manjiro. –

Los dos menores comenzaron a caminar primero, dejando a los chicos atrás.

- Lo siento, iba a enviarte un mensaje, pero se me fue el tiempo. – Rascaba su nuca.

Ella negó – No te disculpes, me gusta que estén aquí. –

ꜱᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴛʏ ~  ꜱʜɪɴɪᴄʜɪʀᴏ ꜱᴀɴᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora