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La chica no dejaba de mirar el anillo en su mano, por cada ángulo que lo viera, se veía hermoso en ella.

– ¿Lo haces para molestarme? – Mikey estaba sentado frente a ella, con un evidente puchero.

– ¿Ya terminaste la tarea? – Fingió no escuchar su pregunta – Déjame ver. –

Se la entregó – Detesto admitirlo, pero tengo celos. – Cruzó sus brazos.

– ¿Sobre qué? – Preguntó mientras no quitaba la vista del cuaderno del chico.

– Shin... él podrá tenerte el resto de su vida, y yo tendré que mirar. –

Volvió su vista al menor – Manjiro, somos familia, nunca me iré del lado de ustedes. – Le sonrió y palmeó el sofá en el espacio vacío que se encontraba a su lado.

Se levantó y se sentó junto a la chica – ¿Me lo prometes? – Levantó su meñique.

– Lo prometo. – Imitó la acción de éste y enlazaron los meñiques.

Soltó una pequeña risa – Estoy feliz por ustedes, sé que Shinichiro te cuidará. – Apoyó su cabeza en el hombro de la chica – Y si no lo hace, lo haré comer tierra. –

Ambos rieron – Estoy segura de que sí lo harías. – Cerró el cuaderno y lo dejó sobre la mesa – ¿Irás hoy a cenar? –

– Por supuesto, no me lo perdería por nada del mundo. – Se levantó de inmediato – Tengo reunión de la pandilla, pero llegaré justo para la comida. –

– Ten cuidado, no quiero que algo te pase. – Le sonrió.

Se despidieron y el menor se retiró del lugar, ya que sus amigos lo esperaban afuera.

Ahora _____ dirigió su vista hacia su futuro esposo, quien estaba hablando con sus amigos y tenía un cigarrillo en sus labios.

– Que sexy... – Susurró por lo bajo.

– Sí... lo es. – Takeomi apareció por detrás de ella.

Pegó un pequeño brinco del susto – ¿Qué haces estando tan silencioso?, me asusté. –

– Soy el vigía, verifico que todo esté bien. – Intentó sonar serio.

– ¿Me espiabas? – Preguntó con obviedad.

– En parte. – Se sentó frente a ella – Esperaba a que Manjiro se fuera para hablar contigo. –

Ella asintió – ¿Qué sucede? –

– ¿Ya tienen una fecha para la boda? –

Se sonrojó de inmediato – Aún no, comenzamos a ahorrar para ello. – Jugó con su cabello.

– Bien. – Continuó – Y luego de la boda, ¿Sí van a tener hijos? –

– Takeomi. – Lo miró de inmediato – Ya sé que me dirás. – Comenzó a reír ligeramente.

– Por favor, entiéndeme... – Llevó una de sus manos sobre su pecho – Prometo ser el mejor padrino que– Fue interrumpido.

– Hermano... – Haruchiyo estaba detrás de él.

– ¿Qué quieres? – Se volteó para mirarlo, algo molesto. Se quejó cuando recibió una patada en la pierna.

– No le respondas así, no llegarás muy lejos con esa actitud. – Dirigió su vista al menor – ¿Ocurre algo, Haruchiyo? – Palmeó el sofá nuevamente, haciendo que el menor fuera hacia ella.

Y así fue, _____ se quedó con el menor hablando. Takeomi se retiró, caminando hacia sus amigos.

– Ella tiene razón, no debes ser tan duro con él, ya te lo he comentado. – Shinichiro le habló con tranquilidad – Es un niño. –

Los dos restantes asintieron de inmediato, dándole la razón al pelinegro.

– Sí... como digan. –

Pasaron algunos minutos, Haruchiyo se fue luego de hablar con la chica, se veía más animado.

– Shin, debo ir al hospital, mis padres quieren verme. – Habló cerca del oído del chico – Volveré en la tarde y así vamos juntos a comprar algo para la cena. –

Asintió de inmediato – Cuídate, te estaré esperando. – Dejó un corto beso en los labios de la chica, considerando que sus amigos estaban cerca.



– ¡Hija! – Hiroko se acercaba a ella – Muchas felicidades, pequeña. – La abrazó – Estoy muy feliz por la noticia que me has dado. – Pausó – Aunque creí que sería antes. –

– ¿A qué te refieres con antes? – Preguntó confundida.

– Bueno, Shinichiro fue hace más de un mes a nuestra casa para pedir tu mano, estábamos realmente emocionados cuando ocurrió eso. – Comentaba Kenzo, quien llegaba detrás de su esposa.

– ¿Así que eso hizo? – Habló bajo, sus mejillas se tornaron de un color rojizo.

– Estamos seguros de que él te hará muy feliz y te protegerá. – Su padre la abrazó ahora – Muchas felicidades, hija. –

– Hablando de boda... – Interrumpió su madre – Con tu padre hemos estado ahorrando para ello hace mucho, queremos que tengas una hermosa ceremonia. – Tomó las manos de la chica –

– No puedo aceptar, es algo de lo que yo debería encargarme. – Negaba con sus manos, con la esperanza de hacer entrar a sus padres en razón.

– Nada de eso, somos tus padres, nos corresponde ayudar. – Kenzo afirmaba – Ahora deberemos comenzar a ahorrar para el de Kimura. –

Soltó una pequeña risa – No hay como hacerlos cambiar de opinión. – Abrazó a sus padres de inmediato – Los amo. –

Ellos correspondieron – Y nosotros a ti. – Hablaron al mismo tiempo.















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¡Hola! 💖 Vengo a aclarar un punto.

Es que en esta historia, Haruchiyo no tiene cicatrices.


  Muchas gracias por apoyar esta historia 💜


ꜱᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴛʏ ~  ꜱʜɪɴɪᴄʜɪʀᴏ ꜱᴀɴᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora