Capítulo 2

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Eder Ross

Recuerdo bien la primera persona que maté, imploraba para que lo dejará libre; su rostro determinaba miedo, sufrimiento y arrepentimiento; no me importo el haberle perforado el pecho con una bayoneta AK 47.

Desde mis veintidós años fui entrenado por Peter para ser lo que soy ahora; el jodido jefe de la mafia inglesa. Cada que mato a una persona y la sangre me salpica siento repulsión, poder y satisfacción; todo lo contrario, a lo que siento desde hace años.

Nunca una muerte me pesó tanto, nunca me sentí jodido, acabado y, lo peor de todo, el sentimiento de culpa que no me deja vivir en paz.

Recuerdo todo con exactitud, la recuerdo bien a ella. Sus hermosos ojos brillando por el exceso de lágrimas combinado con un gesto de arrepentimiento por algo que no cometió; el miedo que sintió por mí, el dolor que le generé. Quise mostrarme fuerte y empoderado como se me educo.

Soy Eder Ross el jefe de los Rossvelt, una de las mafias más importantes de Europa y, gracias a mi esfuerzo y trabajo tengo el reconocimiento que merezco.

Pensé que ser valiente ante ella lo sentiría como una muerta más que con el tiempo se me olvidaría, pero la de ella no. Ella me tatuó su muerte en mi cuerpo, alma, mente y corazón; y es un dolor que no se va, perdura cada jodido día de mi vida.

Después de la crisis que pasé por su muerte salí a dar la cara como el jefe que soy para continuar con mi vida haciendo crecer mi imperio. Muerte tras muerte, batalla tras batalla, negocio tras negocio crecí e hice alianza con los alemanes y los franceses dándome más poder del que poseía.

Bebido a mi gran negocio los franceses se unieron a mi imperio y se hicieron socios. Mintternacht ha crecido tanto, que más mafias y gobernadores quieren ser miembros de mi negocio, gracias a ello, he estado enfocado en mi trabajo dejando de lado su partida.

El sabor amargo que perdura en mi boca al pasar el licor es el mismo que perdura en mi vida, un sabor liguero pero molesto.

Dejo de pensar en ella y me enfoco en las personas que entran a mi oficina, en los nuevos socios de mi éxito.

La brillante dama entra agarrada del brazo del enigmático alemán. Ambos se acercan a la mesa de porcelana blanca donde me encuentro esperándolos. Cedrick como un buen caballero le cede el asiento a la rubia, para después el sentarse y quedar ambos enfrente de mí.

— ¿Les ofrezco algo de beber?

Le pregunto a los socios y ellos asienten con un movimiento de cabeza; de inmediato dos sex fraeun se acercan a mis invitados y sirven de su licor favorito.

Es momento de comenzar con el negocio; el propósito es subastar joyas o prendas de mayor valor para que Mitternacth tenga más reconocimiento.

—Subastar es una gran oportunidad para generar más dinero. Aquí no solo viene la gente rica, también vienen la gente con mayor poder en el mundo —menciona la "brillante dama", así es como la denominan en su territorio.

Desde hace dos meses se tiene la idea de subastar, pero hasta ahora se va a implementar. En Mintternacht no solo se ofrecen a las Sex Frauen, también se implementa la venta de droga, y ahora vamos por la subasta.

Poco a poco mi negocio está creciendo y yo soy el único dueño.

—Las joyas son buena opción. En Mintternacht no solo vienen hombres, también mujeres. Yo estoy de acuerdo en subastar.

El alemán apoya la idea de la francesa. Tener el clan de Francia y Alemania de mi lado me da más poder de lo esperado.

—Yo ofrezco donar las joyas de mi difunta esposa.

Falsa Identidad: Amores que hieren (2do libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora