Algo peculiar

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Lo peculiar, es divertido.
Lo abstracto, es curioso.
¿Por qué lo diferente nos da miedo?
Debemos salir de nuestros límites para poder conocer el mundo.
Atrévete, serás mucho más feliz.




Soy una chica con un pasado difícil, pero precisamente por ello, soy quien soy ahora.

Para que entendáis mejor de qué hablo, siempre me han dicho que soy diferente, nunca el porqué lo soy, si no que lo soy.

Os lo definiré. Pues soy esa chica que en clase muerde la tapa del bolígrafo, que se ríe de todo, incluso de ella misma, que se esconde detrás de su pelo cuando siente vergüenza, la que le saca una sonrisa a todo el mundo aunque ella sea la que más la necesite. La que da todo el cariño que a ella no le han dado, la que te dice cosas bonitas cuando menos te lo esperas. Esa misma que, cuando le molesta algo, se le nota, pero calla. Aquella tonta que es capaz de quererte a pesar del daño que le hayas hecho. La que adora hacer locuras y reír a más no poder, la que no se derrumba delante de nadie. No le importa lo que la gente opine de ella porque piensa que cada uno es un mundo distinto y una vida completamente diferente. Lo daría todo por las personas a las que quiere, no tiene vergüenza de hacer o decir lo que piensa. Si quiere algo lo consigue aunque le cueste, porque no hay nada imposible. ¿Difícil? ¡Pues claro! ...pero no imposible. La misma que cree que el amor es lo más bonito de esta vida, y le cuenta sus problemas a sus peluches. Soy la que se encierra en la música, y que cuando escucha una canción triste, llora como si no hubiera mañana. La que se pregunta si las personas que la rodean la quieren de verdad o tan solo están aprovechándose de ella, porque sabe que la critican a las espaldas y se siente mal por ello. La misma chica que cuando sabe que no le dicen la verdad, automáticamente les deja de hablar. La que duerme pensando en el amor de su vida e imagina mil historias, inventando cada noche un futuro nuevo.

Cierto, que con el paso del tiempo le han ido dominando las inseguridades, provocando que se encierre en sí misma, llegando a veces a dudar de ella.

El paso de los años me ha ido quitando la luz que tenía. Es extraño ver como vas creciendo tratando de ocultar quién eres en realidad.

Y para no perder el hilo, tengo que remontar un par de años antes. 

Acabábamos de empezar la ESO. Todos estábamos asustados porque el cambio de primaria es muy duro. Nos exigen que nos hagamos adultos en un verano. Suena absurdo incluso difícil de creer, pero es una realidad. Los de otros cursos nos miraban por encima del hombro porque los chicos jugaban con una bola de papel de plata, y nosotras hacíamos el tonto como unas niñas. Es que, estamos hablando de críos de once años, que esperamos que no jueguen a las peonzas, al pilla pilla, la pelota, o ¿es que tenemos que estar cotilleando de otros para ser "adolescentes"? En fin, creo que primero y segundo de la ESO son cursos difíciles, porque realmente estamos en la línea que separa la infancia de la adolescencia. Pero, ¿quién quiere ser adolescente pudiendo ser niño?

Como todos los años, me habían separado de mis amigas. Tenía miedo de no estar con ellas. Pero debía enfrentarme, no podía huir. Era un callejón sin salida.

Recuerdo a todos nosotros en el Salón de Actos, con los tres tutores de ese año nombrando a cada uno de los alumnos que iba a ir a su clase. Como siempre soy de las últimas de las lista, todavía tenía esperanza de que me pudiera tocar con ellas. Pero para mi desgracia, no fue así. Todas saltaban de felicidad al comprobar que iban a ir juntas a clase, mientras ninguna se acordaba de mí. Me pusieron con personas, con las cuales nunca me había relacionado porque ya tenían sus grupos, y los de fuera no éramos bienvenidos.

Subiendo a la clase, sentí un vacío que me recorría el cuerpo, me invadió la tristeza. ¿Por qué me habrían separado? Una vez en el aula, nos sentaron por orden alfabético (la penúltima era yo) y como siempre, estaba en la última fila. Era como si me hubiera vuelto invisible de repente para todo el mundo. Nadie me miraba, ni me hablaba, no le importaba a nadie.

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