La explosión

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Me encanta esta palabra. Que bonita forma de ser, que maravilloso caos abunda en ella. Llevaba tanto tiempo en su escondite, sin compartir con nadie su esencia y su amor, se sentía perdida e incluso incomprendida. Hasta que un día, encontró su lugar, y salió, explotó e invadió al mundo con su arte, pudiendo ser y recolocándose en el mundo, tuvo una conversión y ahora continúa su camino elaborado y decidido por ella misma.







Eran las 6.00 de la mañana, estaba dirigiéndome a casa de Nico porque a las 6.30 pasaban a recogernos su padre y su novia. Todavía no sé cuantas habitaciones tendría la casa, pero como pudiera tener un habitación sola para mí, me la adjudicaría bien rápido.

Subimos el equipaje al coche. Y nos sentamos detrás los dos. Nos esperaban dos horas y pico de trayecto. Cada minuto que pasaba no hacía más que pensar que esto era una locura. Una completa locura.

Cuando llegamos, desperté a Nico, que se había quedado dormido. Comenzamos a sacar las maletas del coche y nos dirigimos a la casa rural.

Era una pasada, en pocas palabras. Tenía cuadras y sitio para montar a los caballos. Era enorme la casa. Toda de madera, con varios pisos, era una fantasía. El problema es que su familia había decidido las habitaciones, que estaban justas y eran de dos en dos. Estábamos en la habitación más apartada en la planta baja, cerca del baño y de la cocina. Es cierto que la cama era enorme, así que dormiría en una esquina y ya estaba . No pasaba nada. Me cambiaría en el baño, sin problema.

Comenzaron a hacer un asado argentino en la parte de fuera. Nosotros, su hermano y Toni nos fuimos a investigar el pueblo, Villarta. La verdad, es que era un pueblo maravilloso, estaba todo adornado porque estaban en plenas fiestas del pueblo. Podríamos salir a divertirnos, beber vino, sangría y bailar.

Empezaba a las 22.00 de la noche, así que con que cenáramos antes llegaríamos de sobra. Después de comer, estábamos cansados por el viaje, y quedamos a las 17.30 de la tarde en la entrada para hacer una excursión. Los demás se fueron a tomar la siesta. Nico, Lucas y Toni se dieron   una vuelta y yo me fui a dormir.

Cuando me sonó el despertador, estaba Nico abrazado a mí. La verdad es que no quería levantarme, pero no quería quedar mal. Pensé en cambiarme y luego despertarle. Mientras lo hacía, Nico se había despertado.

- No pasa nada, hay confianza. Tranquila. Tú a lo tuyo.

- Le sonreí. Pero estaba deseando que esto no me estuviera pasando. Me senté en la cama junto a él.

- Lo siento. Es que estabas durmiendo, y por no hacer más ruido al salir pues me he cambiado aquí, no pensaba que te fueras a despertar todavía.

- No tienes que pedir perdón, te he notado levantarte de la cama y me he despertado.

- No te preocupes que intentaré evitar estas situaciones.

-A ver, que no es necesario que lo  hagas ¿Somos amigos, no?

Salimos afuera junto al coche, donde comenzaría nuestro gran viaje. Fuimos a unas cascadas que estaban escondidas. Hacía muchísimo calor y todos querían bañarse. Pero el agua no quería que nadie invadiera su terreno. Estaba helada. Nico y todos se bañaron, yo me dediqué a fotografiarles junto a Bela, la novia del padre de Nico.

Después de cenar, comenzó la fiesta en Villarta. La gente estaba feliz. Reían y disfrutaban de estar todos juntos en su hogar y nosotros les acompañamos en su celebración. Nos invitaron a copas de vino, tantas que perdí la cuenta. Todo se comenzó a descontrolar. Bailábamos como locos, lo estábamos pasando realmente bien. Nico y yo no hacíamos más que reír mientras él intentaba bailar.

Para terminar la maravillosa fiesta, nos quedamos los dos solos, su familia ya se había ido a la casa, pusieron una canción lenta para bailar. Yo le pedí que bailara conmigo y así fue.

Me acordé que no le había felicitado por nuestro aniversario, porque ya era 24 de Julio. Así que le recité el trozo de poesía que me acordaba que le había escrito hacía tiempo.

Mi vida.
Feliz aniversario,
lo grito para que se entere
todo el vecindario.

No importa que altere,
que despliegue
o que enerve.

Solo existimos,
vivimos y sonreímos.
¿Qué más da lo que piensen?
Ellos no lo entienden.

El estar enamorado,
es vivir con los ojos vendados.
Es como estar armado,
pero sin hacer daño.

Nos miramos, y los dos supimos que éramos uno del otro.

¿Te quedas conmigo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora