"Esconderse de vez en cuando es sano. Recogerte, cuidarte y mimarte es parte de la vida. Dejar al mundo atrás durante un tiempo, no implica egoísmo, sino más bien meditación. Todos tenemos nuestro escondite, no lo compartes con nadie, crea otros escondites donde refugiarte"
- Me parece súper fuerte que hayan tenido que venir a amenazarnos dos "canis" y su panda para meternos miedo. Pero, ¿sabes qué te digo? Que me alegro que lo hayan hecho delante de la gente, porque se lo voy a decir a mis padres y les va a caer un buen puro, que se van a arrepentir de haberse metido con Estrella Tajahuerce. - Nos miramos las dos, asustadas y extrañadas.
Teníamos Educación Física, pero siempre iban a los vestuarios de nuestro piso, no a los de primaria, puesto que había sido la solución que nos dio el orientador. Los vestuarios, eran el segundo sitio más peligroso de todo el colegio. Nos encerraban en las duchas, quitándonos la ropa y mojándola. Luego nos cerraban la puerta, dejándonos encerradas. Las ausencias y faltas en clase se nos acumulaban, porque hasta que no aparecía nuestra salvadora, la señora de la limpieza, no podíamos salir.
Intentamos retroceder al baño donde estábamos y entornar la puerta sin que lo oyeran. Debíamos ser muy sigilosas para que nadie pudiera oírnos. No teníamos escapatoria, era por nuestro bien.
- Chicas, ¿habéis oído eso?
- No tía, yo no he oído nada.
- No sé, me ha parecido oír algo por los baños.
- Déjate, si habéis cerrado la puerta. No puede haber nadie.
-Voy a asegurarme. - Dijo Estrella convincentemente.Nuestros corazones iban a salirse de nuestro cuerpo. No podía ser que tuviéramos tanta mala suerte. Estaban tan cerca nuestro y no íbamos a poder hacer nada. Éramos como ciervos encerrados, completamente indefensos y ellas leones con hambre.
Estaban abriendo la puerta del baño de al lado cuando...
- ¡Ya han pasado los 5 minutos! Que sepáis que tenéis que salir ya y que tenéis un negativo por llegar tarde. - Gritó Javier, el profesor de Educación Física.
Sucesivamente, Javier, el profesor, abrió las puertas del vestuario e hizo que salieran todas.
- ¡Pfff! Ha estado a punto...
- Lo sé... tenemos que salir.
- Vale, vamos.Para situaros, debo explicar quién es Estrella y porqué se portaba así con Andrea y conmigo. Pero para ello, debo recapitular varios años antes.
Ella era una persona que le encantaba aparentar que era perfecta en todo. La representante, desde hacía varios años, de los alumnos, la delegada, una media alta de notas, una familia económicamente poderosa, sus padres involucrados en el AMPA de toda la vida. En fin, una niña muy querida por los profesores y un "ejemplo a seguir". El problema que tenía es que no sabía relacionarse, su vida social escaseaba, era muy pedante y exquisita.
Dejó de tener amigas ese año, la dejaron por completo de lado, nadie la podía ni ver. Y es aquí donde aparezco yo. Me daba pena ver que siempre estaba sola e intentaba hacerla reír para que viera que el mundo no era tan gris como ella pensaba. Me sentía identificada con ella, porque yo luchaba contra eso todos los días. ¿Quién mejor que yo podía entenderla? A pesar, de que nunca habíamos tenido una buena relación. Cuando estábamos en primaria, ella me empujaba por la escalera, pero todo el mundo se merece una segunda oportunidad, ¿no creéis?A día de hoy, si pudiera rectificar, hubiera escuchado a la gente que me advirtió y jamás hubiera hecho lo que os voy a contar.
ESTÁS LEYENDO
¿Te quedas conmigo?
Teen FictionMía es una joven que ha vivido experiencias en su adolescencia que han marcado el nuevo rumbo de su vida. Ha conocido qué es vivir el acoso escolar de primera mano, la depresión y la desesperación de sentirse sola. Pero un día de verano sin esperarl...