¿Principio o final?

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A veces, pensamos que las cosas solo pueden ser de un manera. Pero, ¿y si podemos darle vueltas, girarlo, romperlo o retorcerlo? Es decir, no todo es o blanco o negro, también puede ser gris.
Igual los principios también son finales e igual los finales son los nuevos principios.
Deshazte de lo concreto, para vivir en el mundo de lo abstracto.







Cuando naces lo único que ves es gente mucho más grande que tú, no sabes qué es nada, ni tampoco quién es nadie. Estás asustado, ya que eres una pequeña personita en un mundo enorme.

Sin embargo, para tus padres o tu familia, eres el tesoro más deseado. Eres la cosa más bonita que les haya podido pasar. Esa sensación que sienten la primera vez que te cogen, siendo tan pequeño, es única y aflora en ellos la necesidad de protegerte ante el mundo y evitar que nada pueda ocurrirte.

Conforme va transcurriendo el tiempo, poco a poco tú solito tienes que enfrentarte a la vida, ya no pueden seguir protegiéndote de la misma manera. Te tienen que dejar aprender, admitiendo que estás creciendo y que llegará un momento en el que ya puedas tomar tus propias decisiones. Ya no llorarás cuando tengas hambre, ni tampoco cuando quieras ir al baño, ni tampoco cuando quieras algo. Porque ellos te enseñarán que tienes que valerte por ti mismo, que la vida no te lo ofrece todo en bandeja. Si no te esfuerzas y luchas por lo que quieres nunca conseguirás nada. No sirve lamentarse por aquello que no puedes alcanzar, sino seguir persistente y no decaer.

Tu primera palabra puede que sea mamá. Esa persona que te ha llevado dentro de ella durante nueve meses, amándote desde el primer día que lo supo. No impacientándose, sino esperándote para poder verte cuanto antes y deseando que todo fuera bien. Nunca va a haber una persona más grande que una madre (teniendo en cuenta, que una madre puede ser aquella persona que te ha querido en su lugar, que te ha dado todo y se ha desvivido por ti) porque pase lo que pase, ella siempre te va a querer.

Cuando das tus primeros pasos, es una alegría enorme, sobretodo porque eso significa que estás ganando día a día autonomía, empiezas a valerte por ti mismo.

Habrá momentos en los que no tengas ganas de nada, que no le veas ningún sentido a las cosas que te suceden. Pero hazme caso, es algo pasajero. En los momentos duros de tu vida, confía en que el mundo siempre te recompensará con algo, en mi caso fue así.

Cuando empiezas a ir al colegio, sientes una fuerza superior a ti, y no puedes separarte de los brazos de tu madre. Nosotros lo sufrimos, pero ¿y ellas? Es ahí, cuando empieza todo, tu primera clase, tus nuevos amigos, tus primeros amores y tu vida.

Esas amistades no se olvidan nunca. Es cierto, que unas se las lleva el viento y van desapareciendo durante los largos inviernos. En cambio, otras si las riegas y las mantienes sanas duran toda la vida.

Es muy curioso, que las primeras cartas que aprendas a escribir sean de amor. Puede que sea para el niño o niña de la mesa de al lado, que sin ninguna duda, sin vergüenza y con toda la libertad del mundo, te acerques le des un beso y le digas que le quieres. Tu primer te quiero. ¿Vosotros os acordáis a quién se lo dijisteis por primera vez? Solo tenía tres años, era el primer año de colegio, pero eso no me impidió enamorarme. Soy una loca enamoradiza, sí lo reconozco, empecé muy pronto. Pero yo soy así. Recuerdo aquellos ojos verdes y su pelo rizado, se llamaba Jaime. Era guapísimo. Cruzamos nuestras primeras miradas cuando fuimos a colgar el baby al perchero de la clase. Me quedé embobada. Todavía recuerdo cuando salí de clase y le dije a mi madre que me había enamorado. Ella se echó a reír, no podía creer lo que estaba escuchando, pero decidió seguirme el rollo para no desilusionarme. Pero, también recuerdo el día que cortamos, lloré tanto que le dije  a mi madre que iba a llorar toda la vida.

Llorar por amor, como vemos en las películas o leemos en las novelas, es ley de vida. ¿Quién no ha llorado por amor? Es decir, unos lloran más, otros menos, antes o después, pero todos absolutamente todos lloramos por amor. Ahora lo que no es tan normal es llorar por amor a los tres años, como me pasó a mí. Pero el amor llega, y es inesperado e inexperto y da igual qué edad tengas. Vamos que me enamoré con tres años.  Bueno, fue una manera diferente de experimentar un sentimiento tan profundo, pero no el único.

Tus primeras excursiones lejos de tus padres, son muy duras, porque a esas edades el sentimiento hacia tus seres queridos es muy fuerte, pero al final, terminas disfrutando cuando entiendes que ellos van a estar ahí esperándote con los brazos bien abiertos. Recuerdo, que mi abuela me dijo una vez, cuando te sientas lejos de tus padres y te invada una sensación de soledad, de nostalgia o incluso de tristeza, busca esa estrella en el cielo que más ilumina entre las demás. Cada vez que la veas, acuérdate de tu madre y de tu padre, que siempre te están vigilando y cuidando a pesar de lo lejos que estés, nunca estarás solo, siempre están a tu lado. Y eso es lo que hago siempre, buscar esa estrella cuando me siento sola.

Tus primeras discusiones con tu mejor amiga serán muy duras, siempre habrá terceras personas que quieran meterse en vuestra relación, por múltiples motivos, que al final, siempre son dañinos. Pero debes recordar una cosa muy importante que te voy a decir: una amiga verdadera nunca se irá de tu lado, por muchas discusiones o  problemas que hayan surgido, porque vuestra amistad es mucho más fuerte que unas palabras que se enrredan en vuestras voces sin saber su veracidad. Es cierto, que es difícil darse cuenta quién sí y quién no, pero te aseguro que conforme va pasando el tiempo, no te las cuelan, o al menos cada vez menos.

Una vez, una persona muy sabia me dijo:

"Pase lo que pase hay que ser fuerte, no debes dejarte derrumbar nunca y menos derramar una lágrima por personas que no saben valorar tu sonrisa".

Ahí estaba él, con una sonrisa que cubría todo su rostro. Desprendía una luz maravillosa, jamás había visto a alguien brillar tanto como él lo hacía. Me arriesgo a decir, que era la persona más bonita que había conocido nunca.

En ese momento me di cuenta de que no hacía falta conocer a alguien para que te cambie la vida. La mía acababa de mejorar en tan solo segundos.

Puede que en algún momento te surjan dudas, acerca de si es amor, pero te aseguro que si te estás parando a pensar en qué es lo que está sucediendo, date por seguro que acabas de entrar en la carrera amorosa. Tu vida cambiará. Tendrás otros motivos muy diferentes por los que luchar, por los que seguir, por los que ser feliz, por los que sonreír cuando escuches su nombre accidentalmente.

Comenzarás a ver la vida de otra manera. El amor, te construye por dentro un ser diferente, es como si en tu interior viviera otro tú pero más feliz, más honesto, más verdadero, menos miedoso y más arriesgado. Pero, cuando algo le pasa, la cabeza lo protege tanto que lo cohibe, no confía en que no vuelva a caer y hacerse daño otra vez. Es una lucha interna entre la razón y los sentimientos, que sinceramente no se entienden.

Pero para que podáis entender lo que me estaba sucediendo, debo contaros quien soy.

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