El reencuentro

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"Amo esa palabra. Volver a encontrarte y encontrar a alguien. Es bonito construir, el reconstruir y volver a construir. Porque la vida se trataba de eso. De reencontrarte con el mundo, contigo misma y con otras personas"










Acababa de comenzar la Fase 2. Implicaba que iba poder ir a verle. Sentía miedo, hacía casi ya cuatro meses que no le sentía.

Estudié como de costumbre, preparaba mi Trabajo Final de Grado. Con todo esto, estoy apunto de terminar ya la Universidad. Ha pasado mucho tiempo, en nada estaremos en verano, y ya habrá pasado todo un año.

Esperé hasta por la tarde para poder ir. Era la primera vez que salía sola desde que comenzaron las Fases, me sentía super extraña, como desconocida en cuanto pisé la calle. Comencé a andar, todo lo rápido que pude. Tropezaba cada dos por tres, porque mis piernas no daban para ir a esa velocidad. La mascarilla no me dejaba respirar. Realmente, ninguno habíamos salido a no ser que fuera él a pasear a Biggie y yo con mis padres. No debíamos correr riesgos.

Me estaba acercando. Tan solo me quedaba una calle. La emoción me pudo, comencé a correr y entré en el portal. Comencé a llorar. Me sentía incapaz de subir las escaleras, pero Biggie se me adelantó. Solo vi como sus morros se levantaban y tenía la lengua que casi le llegaba al suelo. Le había llegado mi olor por el balcón. Comenzó a gritar de la emoción, me saltaba encima y no paraba de chuparme entera. Nico se asomó y ambos nos rompimos. Nos acercamos y nos fundimos en un abrazo eterno. Os juro que no le podía ver el final. Por fin todo lo que me sucedía acababa de disipar en mí. Todos mis males desaparecían cuando estaba entre sus brazos.

No podíamos articular palabra, solo podíamos darnos besos por todos lados y no soltarnos por lo menos en una hora. Cuando pude decir algo, necesitaba saber que era eso tan importante que quería decirme.

Entonces se acercó a mi, y me dijo que esperara un momento.

Yo no entendía que pasaba. La incógnita me estaba desesperando. Lo vi acercarse, con una cara muy especial. Cerró las persianas y encendió las luces que adornaban el comedor en forma de arco. Se agachó y se apoyó sobre mis piernas. Sostuvo mis manos y me miró a los ojos.

- ¿Te quedarías toda una vida conmigo? - No podía creérmelo. ¿Era lo que yo estaba pensando? Me temblaba todo el cuerpo. Eran tantas emociones juntas, solo quería besarlo.

- Amor, quiero mi vida junto a ti. - Se emocionó mucho, le acaricié la cara y le dije que le amaba. Sacó un cajita con un lazo, y sonriendo me la ofreció. La acepté. Comencé a abrirla y dentro había una tarjeta: ¿Te quedas conmigo? Debajo estaban los anillos.

No pude contener mis lágrimas. No podía sentirme más feliz. Le abracé muy fuerte. Besé su hermosa cara. No quería perderlo nunca. Él era mi vida, era mi sueño.

- Te amo. Claro que quiero quedarme contigo, toda la vida.
- Te amo Mía.

Acercó mi mano, me puso con delicadeza el anillo y seguido hice yo lo mismo. Nos besamos las manos y dijimos nuestras palabras: Siempre en mí, Siempre en ti.

Fue el mejor reencuentro que jamás había tenido.

Lo celebramos como merecía la situación. Nico había comprado para hacer una cena muy especial, puesto que iba a preparar los platos que más me gustaban y siempre le pedía. Me ofrecí a ayudarle, porque me encantaba que me enseñara como debía hacerlo.

Me dirigí a encender los altavoces. Puse la canción Hold me While You Wait de Lewis Capaldi y dejé que invadiera nuestros cuerpos.

De vez en cuando, trataba de entretenerlo bailándole y provocando para que él lo hiciera también. Tenía una sonrisa en mi cara, no podía parar de hacerlo.

¿Te quedas conmigo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora