El despegue

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Hay un momento, o incluso varios, en los que sientes que estás preparado para el despegue, preparado para volar. Las cosquillas fluyen por tu cuerpo, casi apoderándose de él, permitiéndote abrir el camino para alcanzar todos sus sueños. Identifica esos momentos en tu vida, disfrútalos y sobretodo, recuerda el aprendizaje que te vas a llevar de eso, va a ser una experiencia inolvidable. No permitas que nadie, te ponga una barrera, sal y prepárate para ti mismo.








Hoy era el día. Estaba realmente angustiada, preocupada y con un dilema moral que venía provocado por la precariedad actual de la economía española, que deja que almas tan potentes y creativas como la de Nico, deban alejarse de sus hogares, familia y amigos, para poder tener una posibilidad de ser fiel a sí mismo. Y yo, mientras él había dormido como un ángel, pasé un de las peores noches que recuerdo haber vivido.

Para que Nico pudiera crecer profesionalmente, y tuviera el futuro que había soñado, mi secreto no podría desvelarse hasta su vuelta. Eso genera en mí, una deslealtad, no solo hacía lo que soy, sino hacia lo que somos y hemos construido. Sé que él quiere ser padre, pero no sé bajo qué circunstancias, podría poner el peligro nuestro futuro y perder sus sueños. Solo tengo que cubrir y decorar una verdad y aguantar a su llegada, y por supuesto nuestra maravillosa boda.

Los preparativos de la boda, continuarían en marcha, tengo un equipo maravilloso y grandioso que va hacer de nuestro día el más especial del universo. Mis amigas, Patri y Noelia y la madre de Nico, se encargarían de reunir a los invitados permitidos, que son muy poquitos, y hacer que sea muy especial su llegada. Solo iban a estar mis padres, mis hermanos, mis amigas y Pau, los padres de Nico, su hermano y dos amigos. No podíamos reunirnos más, por la situación derivada del virus, pero realmente, no nos hacía falta nada más. Se van a encargar de elegir las bebidas, de planear unas charlas a los novios, unos cuantos brindis y la música, acompañada de mi lista preferida y la de Nico.

Mi hermana, se está encargando de todo lo que implica los decorativos, de las mesas, las flores, los detalles más preciosos de la boda que inundarán dulzura y sobretodo un amor inmenso. Mi madre, estaba diseñando los vestidos de los invitados que no habían podido tener acceso a la compra, siendo las telas igual de maravillosas que ella. Mi padre y el padre de Nico, se iban a encargar de la comida, no podíamos tener mejores manos que ellos para preparar todo el banquete, ya solo de pensarlo se me hace la boca agua.

Finalmente mi hermano, nos dejaría bien guapos a todos, peinándonos y haciéndonos unas decoraciones con flores, que son una auténtica pasada.

Pues todo esto, es a lo que me iba a dedicar hasta la llegada de Nico. Bueno, no debo olvidar, mi libro y mi Proyecto con Patri y Noelia que tiene que seguir cultivándose para poder implementarlo y llevarlo a cabo relativamente pronto. Es cierto, que sufrí el parón y la crisis de todo escritor, cuando a penas me quedaba nada para ponerle fin a una historia, que me había llevado tantos años escribir. Durante la cuarentena, me animé a ponerla en marcha, a continuar aquel inicio que hice cuando era una pequeña escritora. Y poco a poco fue tomando forma, las palabras salían solas cuando se trataba de hablar de amor, las rimas, las lágrimas, la vida, el dramatismo, el romanticismo, todo surgía de dentro de mí sin a penas pasar por mi cabeza, todo salía de lo más profundo de mi ser. Hasta que un día, desapareció. No encontraba las palabras, ni tampoco la forma de trasmitir lo que sentía y llevaba dentro. Todo mi cielo, se vio colapsado por las nubes sin dejar lugar al reflejo del sol. Esta situación se alargó durante mucho tiempo. Pero la partida de Nico, me había devuelto ese sentimiento para poder terminar lo que empecé, mi historia.

Había preparado un desayuno muy goloso, como despedida. El café, no podía faltar, porque sin él parecíamos zoombies, había crepes con dulce de leche, plátano y nata, un plato con yogurt y frutas del bosque, un zumo de kiwi y mucho amor para darle.

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