La Kitsune paseaba nuevamente entre los puesto de comida que tenía en el panteón Japonés que no muchos Dioses pasaban. Todos los puestos tenían comidas de diferentes épocas, sin embargo, eso no era lo que quería consumir Kyomi el día de hoy. Para los que vendían, era normal ver aquella Kitsune durante esos días paseaba por ahí.
La mujer se metió a un restaurante con temática de cierto época y era el único lugar que ella iba a comer y tomar sake a gusto. Como siempre el señor que cocinaba le daba la bienvenida con una sonrisa, y como no, si ella era su cliente más frecuente. No había necesidad de que ella hablara, ya que tan solo la veían, sabían que lo que quería, y se trataba de nada más que de brochetas y tofú frito.
- ¿Qué le pareció Suma sacerdotisa?- pregunto un joven que era su primera vez que cocinaba para ella.
- El frito está crujiente como a mí me gusta y el tofú aún se mantiene tierno.- comento Kyomi llevándose otro pedazo a su boca.
- Me siento halagado, muchas gracias señora Kyomi.- dijo el joven haciendo una gran reverencia y retirarse para seguir con sus labores.
El ambiente en el lugar era pacífico y la aroma de la comida hacía sentir feliz a la Kitsune, pero sus sentidos de algo negativo se acercaba la puso alerta, así que tomo su celular para poner la aplicación de grabadora. Y cuando guardo su celular, el sonido de la puerta abrirse de forma brusca alertó a los demás.
- ¿Dónde esta esa Kitsune?- preguntó una Diosa del grupo que entró al establecimiento.
El grupo de Diosas cuando establecieron contacto con la Kitsune que se encontraba comiendo con tranquilidad, se acercaron con molestia y la rodearon. Kyomi abrió un solo ojo y se dio cuenta que las Diosas pertenecían al pabellón Griego.
- ¿Uh? ¿Se puede saber que es lo quieren?- pregunto Kyomi llevando un pedazo de tofú frito a su boca.
-¿Que eres del señor Poseidón?- pregunto con furia una de las diosas.
- ¿Por qué tendría que decirle algo que no les corresponde?- hablo sería pero antes de que pudiera agarrar otro pedazo de su comida, una de las Diosas tiro su comida al suelo.
- ¡Nos corresponde por qué nosotras pertenecemos al panteón Griego!- grito otra a lo que las demás gritaron un si.
- ¡En cambio tu... Solo eres una sucia Kitsune que anda detrás del señor Poseidón como una zorra!!- grito otra con la intención de agarrar el cabello de Kyomi, solo que los reflejos de la Kitsune fueron más rápidos ya que agarro la muñeca de la Diosa.
- Ni se atrevan a tocar un pelo de mi hermoso cabello.- hablo seriamente Kyomi para luego pararse.- no sabía que unas diosas podían sentir celos, que sorpresa.- hablo con sarcasmo, si algo eran populares los Dioses Griegos eran lo celoso que llegaban a hacer.
- Tu deberías de conocer tu lugar...- una se atrevió a acercarse a la cara de la Kitsune.
- ¿O que?- desafío Kyomi con los brazos cruzados.- por qué yo tengo más que suficiente prueba para que sean juzgadas.- saco su celular y las expresiones de las Diosas cambiaron a uno de horror.- un grupo de Diosas griegas entraron a un panteón que no pertenecen armando un alboroto... Creo que ustedes son las que no saben conocer su lugar...- soltó una sonrisa de victoria y las Diosas se fueron gruñendo.
El restaurante quedó en silencio y Kyomi solo guardo su celular y acarició su largo cabello ¿Cómo se atrevía esa Diosa en intentar tocar su trabajado y hermoso cabello? Llegando a su santuario haría su rutina para estuviera fresco.
- ¿Se siente bien? Suma sacerdotisa.- hablo el chef principal nervioso.
- Lamento mucho lo que pasó, manden unas diez cajas a mi santuario dentro de unas dos horas...- se despidió y se fue a la salida del local, sin embargo, una sonrisa se formó en su rostro cuando una idea se le cruzó la cabeza.
creo que iría a molestar a cierto Dios Griego.
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La Suma Sacerdotisa del Tirano (Poseidon x OC) Shuumatsu no Valkyrie
Fanfictionen donde Poseidón empezó a tener interés de una extraña Kitsune. -Historia con capítulos cortos. -Las imágenes utilizadas tiene sus dueños y yo solo los estoy utilizando por mero entendimiento. -La historia toca temas delicados, solo que no soy muy...