Capitulo 8

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Si había algo que le gustaba la suma sacerdotisa, era caminar en la playa. La brisa, el olor y el sonido la calmaba y con sentir el mar en sus pies la hacía olvidar de todo el trabajo que tenía.

Aunque ya no tendría tanto trabajo ya que faltaba unas semanas que su señora Inari regresara con ellos. Pero sin duda caminar en la playa durante la noche era relajante.

Se quitó sus ropajes y sus sandalias, dejándolos en una roca, se adentro al mar que se encontraba iluminada por la luna. Estuvo nadando suavemente durante minutos en lo que esperaba a cierto rubio, pero la presencia de cierto Dios hizo abrir sus ojos.

- Ya decía que algo faltaba el día de hoy- comento una voz masculina conocida por la Kitsune.

- ¿Acaso me volví parte importante de tu vida para que me llamaras para vernos?- pregunto la Kitsune dándose la vuelta y ver Poseidon en la arena.

- Salte.- ordenó el Dios.

- que pervertido.- exclamó la Kitsune en una falsa actuación de indignación, pero una idea se le cruzó en la mente.

Poseidon no entendía por qué la Kitsune se tapo la zona de su clavícula, pero a como la mujer salía del mar, se dio cuenta que estaba completamente desnuda. Si el rubio fuera como su hermano Zeus, se hubiera lanzado hacia la mujer, pero no era así.

- bueno ya salí... ¿Feliz?- posó sus manos en su cadera.

- No, ahora vete.- Kyomi solo bufo y se fue hacia sus pertenencias.

- tengo una suerte que no seas como tú hermano.- comento tomando primero su ropa interior.

Aunque Poseidon no era como su hermano, si que hecho una mirada en el proceso en Kyomi hacia para ponerse su ropa. Sintió su rostro algo caliente cuando aveces veía como algunas gotas saladas de mar bajaban por diferentes partes de su cuerpo.

- Si fuera tu.... Cerraría mi boca para evitar algún bicho entre.- comento Kyomi terminando de colocarse su ropa y teniendo sus sandalias en uno de sus manos.

La mujer se acercó al Dios que se encontraba serio como siempre. Los dos se quedaron en silencio, pero sus manos tomaron vida ya que se tomaron, provocando que las sandalias se cayeran a la arena, y los dedos del Dios acariciaban con ternura las manos de la Kitsune.

- Eres horrenda.- comento el Dios.

- Pero aún así te gustó.- comento la Kitsune con una sonrisa.

- Se mi pareja.-tan directo como siempre y eso provoco la risa de la Kitsune.

- eso lo que me gusta de ti... Aunque tienes esa expresión seria, se muy bien que muy en el fondo estás temblando.- se acercó a la cara del Dios y efectivamente, este estaba temblando por la cercanía de sus rostros.- Y con mucho gusto... Acepto ser tu pareja.- susurro en contra de los labios del contrario.

Ambos sellaron sus labios en un beso lento y sorprendentemente llenó de amor. El Dios miro los ojos morados de aquella Kitsune que le llamo la atención cuando la vio en la sede. Es cierto que su comienzo fue algo raro, pero con ciertas interacciones y sucesos que se vieron involucrados se iban conociendo, aunque ambos ya sabían cómo era el otro.

Cuando se separaron, el Dios hizo que Kyomi hiciera una vuelta terminando con poner uno de sus brazos en su espalda baja y acercarla a él. La Kitsune solo posó sus manos en los músculos hombros del rubio.

- entonces... ¿Esto confirma que te gustó desde el día que me viste en la sede?- pregunto la mujer con una ceja alzada.

- eres molesta.- la Kitsune solo se rió.

- Y tu un amargado.-

Y nuevamente los dos se dieron un beso como testigo tenían a la misma luna que por alguna razón brillaba más de lo inusual.


Fue así como ambos comenzaron una extraña relación.

La Suma Sacerdotisa del Tirano (Poseidon x OC) Shuumatsu no ValkyrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora