*Narra Sam*
(Clan de los Luna de sangre)Era un día de fiesta, estaba en un rincón del salón mientras los invitados hablaban con mis padres. No soy de las personas que les guste estar rodeado de tanta gente mayor que yo, y menos de asistir a fiestas de mayores, y sí que había mucha gente 'muy' mayor, pero como era el aniversario de bodas de ellos, tengo que estar presente o recibiría regaños de mi padre por un mes entero.
Veo como todos los del clan y otros de clanes cercanos tomaban toda la cerveza que podían, ya que al ser vampiros no nos emborrachamos tan fácilmente. Luego de un rato todos estaban ya holgó mareados excepto algunas mujeres, mi madre y yo, ya que nunca me gustó mucho el sabor del alcohol así que rara vez bebo, eso y que aun soy muy menor a los ojos de mi madre, quien, como si fuera una adivina, se me acercó y me hablo al oído.
- Si quieres puedes irte, veo que estas muy aburrido, verdad?
- Pero y papa?
- Tranquilo, mira - señalo donde estaba mi padre ya algo borracho con mi tío bailando gracioso - vez, no creo que se dé cuenta - me dijo con una sonrisa divertida
- Gracias - le dije mientras me iba de prisa a la salida, no sin antes darle un beso en la mejilla
Cuando salí respire hondo dirigiéndome al bosque, siempre me había gustado la tranquilidad del bosque. Cuando me estaba acercando pude ver que mis amigos; Tomas, Diego, Alice y Sasha; estaban sentados charlando apenas en la entrada del bosque. Así que me acerque a ellos.
- Hola! - dije dándole un susto a todos por la sorpresa
- Cielos no hagas eso, casi nos matas del susto - dijo Alice un poco molesta
- No deberías estar en la fiesta? - dijo Tomas algo serio
- Tranquilo, mi madre me permitió salir. La mayoría se estaban emborrachando - dije para que Tomas no me regañe ya que él es muy responsable en cada cosa que hace y debe hacer
- Vamos Tom relajate, no seas amargado - le dijo Diego a Tomas mientras le daba un pequeño golpe en su espalda
- Ahhh, Ok - le respondió Tomas a su hermano menor, resignado, sabiendo que no ganaría nada regañándonos
- y que estaban haciendo? - dije para cambiar de tema
- Estábamos preguntándonos si podríamos ir todos juntos a una discoteca este fin de semana - me respondió Sasha muy animada
- Eso suena bien, me apunto - dije también animado
- Pero vas a tener que ir acompañado de alguien o al menos tratar de acercarte a una chica - me dijo Alice con un pequeño tono de regaño
Verán, Tom y Alice están saliendo al igual que Diego y Sasha, y a veces... es algo incómodo estar con ellos cuando están de melosos, así que Alice a tratado varias veces de emparejarme con alguien sin ningún éxito, ya que no me atraen mucho las chicas que me presenta.
- Pero ya te lo avía dicho antes, solo tendré una relación con mi tua cantante – dije algo irritado - Ustedes tienen suerte de haberlas encontrado ya - les dije a Tomas y a Diego, quienes tomaron las manos de sus respectivas parejas
- Ok, tienes razón, pero es frustrante que nuestro mejor amigo no disfrute de lo lindo que es tener a alguien a su lado - me dijo Alice resignada
- No se preocupen, algún día conoceré a la indicada - dije un poco deprimido, raro en mi - Bueno, ahora quiero ir al bosque a correr un rato, alguno quiere ir? - pregunte volviendo a mi actitud alegre, pero creo que notaron mi actitud anterior y todos se negaron. Era lo mejor ya que cuando me siento triste o furioso prefiero estar un momento a solas y eso quería en ese momento, digamos que el tema del amor no era na que me alegrara tanto, algo que podría arraigar a que a los pocos acercamientos que tuve con chicas, no fueron los más... esperanzadores?
Me adentre en el bosque y empecé a caminar sin rumbo fijo, hasta que me percato que alguien me estaba siguiendo
- Quien está ahí? - dije un poco irritado porque alguien perturbara mi soledad
- Tranquilo solo soy yo - dijo Sofi saliendo de detrás de un árbol.
Sofi es... como decirlo... mi acosadora. Siempre esta siguiéndome y tratando de acercarse a mí, se supone que es porque yo le gusto, pero desde hace mucho que le digo que no estoy interesada en ella. No me mal entiendan, no la odio, ni mucho menos la considero una amenaza, en ocasiones hasta llega a ser dulce, pero algunos de sus intentos de 'conquistarme' llegan a exasperarme un poco.
- Que quieres Sofi, no estoy de humor para aguantarte ahora? - le dije fastidiado con su presencia, no me había atrapado en el mejor momento
- Que malo, y yo que solo quería acerté compañía - me dijo asiendo un puchero que más que parecerme tierno, me irritaba
- Mira en este momento quiero estar solo, así que te aconsejo que te vayas ahora - le dije muy molesto, para luego salir corriendo.
Al parecer entendió que no la quería cerca, ya que no me siguió, en otras ocasiones sí que llego a hacerlo. Me detuve en un claro y me recosté para admirar las estrellas y poder distraerme un rato. Ya casi era media noche, estaba a punto de dormirme, pero me levantó un impulso que no había sentido antes, era raro, era como si mi cuerpo se moviera solo, como si mi instinto me estuviera obligando a seguirlo, el cual me obligo a correr hasta el lago.
Ya ahí empecé a buscar con la vista lo que me allá echo correr hasta ahí, no vi nada, ni a nadie. Por unos minutos me quede observando el enorme lago completamente hipnotizado, hasta que mis ojos vieron del otro lado de este a una loba blanca que estaba rodeándolo con una enorme rapidez.
Me preocupe, pensando que se trataba de un ataque, decidí seguirla. La seguí hasta el risco donde usualmente voy si estoy demasiado deprimido o molesto, a calmarme, lo cual no es muy común. Sé que para poder subir ahí tienes que pasar por un laberinto de túneles, nunca me habría imaginado que había otra entrada del otro lado del lago.
Cuando estaba saliendo asía el risco me percate que era una chica con un hermoso cabello blanco. Tratando de acercármele, por accidente patee una piedra que provoco un ruido que logro escuchar la chica. Al levantar la vista, ella ya avía volteado a verme, pero en vez de atacar, cosa que cualquier vampiro abría hecho a quienes invaden su territorio, me quede hipnotizado por esos profundos ojos azules que estaban llorosos. Volvió ese extraño impulso que me obligó a ir y abrasarla, lo que me pareció raro. Pero más raro me pareció que esa chica se acurrucase en mi pecho mientras continuaba llorando.
Lo único que pasaba por mi mente era hacer que dejara de llorar, y lo único que se me ocurrió en ese momento fue acariciarle el pelo y decirle que todo iba a estar bien.
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A todos los q an leído esta historia asta aquí. Muchas gracias!!!
Si les gusto, porfis recomienden este libro y voten, me gustaría mucho q varias personas lo lean, también dejen sus comentarios. Bueno otra ves gracias por seguir leyendo este libro.
; )
Este capitulo me quedo algo corto, pero aun así me gusto escribirlo y espero q a ustedes tambien(El de la imagen es Sam Olsone)
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Una rosa entre margaritas
FantasíaLos secretos pueden llegar a ser peligrosos, no solo para ti sino para otros. El guardarlos puede terminar provocando desastres y tragedias. Eso es algo que aprendí desde pequeña. Aun así, mírenme, guardando un secreto con recelo. Viviendo en un mun...