*Narra Michael*
Estaba aterrado, sentía que de un momento a otro perdería la razón. Mei terminó siendo un ángel, me atacó con intención de matarme, Cristian termina apuñalándola, Nicolás termina traicionándome, Jhon se vuelve loco y terminó atacándonos, mientras vi como Javier se llevó a Mei. Y la peor es que no tuvimos oportunidad contra Jhon, aun estando él tan mal herido.
Me encontraba en uno de los sillones de mi sala, inmóvil, ido de toda realidad, pensando en cómo llegamos a este punto. Podía escuchar los pasos apresurados de los que atendían a los heridos, las voces alteradas buscando la manera de ayudar, y los alaridos que venían del cuarto donde acostaron a Cristian, pero solo la voz de mi padre en el teléfono me llamaba la atención.
- HOLA?! Es una emergencia! Necesito hablar con el Dr. Yuta! - se oía muy alterado, y ese nombre me pareció conocido - Como que está ocupado! Esto es de vida o muerte! - gritó desesperado, provocando que yo agudizara mi oído para oír a la otra voz
- Lo lamento tanto pero el Dr.está atendiendo una emergencia en este momento - oí decir a la que supongo era una enfermera recepcionista
- Por favor dígale que es Max! El seguramente entenderá! - la desesperación de mi padre se hacía notar cada vez más y más
- En verdad lo siento, pero el Dr. Yuta se encuentra operando de emergencia a una paciente muy mal herida - se explicó la enfermera - Pero si es tan urgente puedo mandarle a otros médicos a su localidad, créame que todos los médicos de este hospital están muy bien calificados - terminó de decir la enfermera con la esperanza de calmar a mi padre
- De acuerdo, pero por favor, dense prisa - soltó mi padre resignado y colgando el teléfono, para luego sentarse arrepentido en un sillón frente mío
Luego de verlo sentarse volví a sumirme en mis pensamientos. Ya nada importaba, Cristian estaba muy herido, y a juzgar por sus gritos, agonizando. Jhon estaba muy mal herido y parece que al borde de la muerte. Mei y Javier seguían desaparecidos. Y Nic, el único que podría decirme donde está, seguía inconsciente.
- Por qué lo hiciste? - oí pronunciar a mi padre en voz baja - Por qué... lo hiciste?! - volvió a decir más fuerte llamando mi atención - POR QUE LO HICISTE?!
Su pregunta retumbó en mis oídos, por qué? Por qué lo hice? Mi mente estaba en blanco y el semblante que llevaba mi padre me asustaba, era una expresión que jamás quise ver en él, una expresión que traté nunca provocar. Pero estaba frente mío, viéndome duramente, dejando en claro lo que denotaba. Era un semblante de pura decepción y arrepentimiento, como si me estuviera rogando no ser su hijo.
- No... lo sé - solté agachando la cabeza tratando de no ver esa expresión
- CÓMO QUE NO LO SABES! TIENES IDEA DE LO QUE TUS ACCIONES HAN PROVOCADO! - me continuó gritando al borde de las lágrimas - CRISTIAN ESTA AL BORDE DE LA MUERTE AL IGUAL QUE JHON! - continuó provocando que cada palabra retumbara muy fuerte en mi cabeza - ADEMAS LAS HERIDAS DE JHON SON LAS ÚNICAS QUE NO SON NORMALES! CREES QUE SOY TAN ESTUPIDO COMO PARA NO DARME CUENTA CON QUE COSA LE HICIERON ESO! NO PUEDO CREER QUE ALLAS LLEGADO TAN LEJOS Y NO ME PUEDAS DECIR LA RAZON, ACASO...
- FUE TU CULPA! - solté harto de oírlo, enfrentándolo cara a cara - TU SABÍAS LO QUE ERA JHON, CIERTO?! LA SABÍAS Y NO DIJISTE NADA! SI ME LO HUBIESES DICHO, NUNCA ME HABRIA METIDO CON ÉL Y ESTO NO HABRIA SUCEDIDO! PERO COMO SIEMPRE LO PROTEGES... - terminé siendo interrumpido por una bofetada. Me quedé petrificado, en todos mis años de vida, nunca me había puesto un dedo encima
- ESO NO TIENE NADA QUE VER! AUN SI LO HUBIESES SABIDO, LO QUE HICISTE ES UN DELITO, TANTO PARA EL MUNDO HUMANO COMO PARA EL NUESTRO! - me continuó gritando, pero ya no quería prestarle atención, y parece que lo captó - Ya no sé qué hare contigo - Soltó resignado - Si los doctores que vendrán aquí revisan a Jhon, no se quedaran callados, hablaran con el consejo y...
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Una rosa entre margaritas
FantasiLos secretos pueden llegar a ser peligrosos, no solo para ti sino para otros. El guardarlos puede terminar provocando desastres y tragedias. Eso es algo que aprendí desde pequeña. Aun así, mírenme, guardando un secreto con recelo. Viviendo en un mun...