¿Que hacéis aquí?

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Capítulo 28. "Has cumplido todo lo de la lista, eres mi chico perfecto"

Noah.

Me produce estrés salir del compras, no me gusta absolutamente nada, y si tuviese que elegir entre estudiar una tarde entera o ir a comprar, está claro que no soltaría los libros ni con agua caliente, pero tengo que aguantar porque a mí novia le hacía ilusión venir conmigo, y ella el otro día me acompañó a las clases de boxeo porque yo se lo pedí, así que ahora toca apechugar.

Además, ella me lo hace mucho más ameno.

Estas semanas con Gin están siendo increíbles. Me he dado cuenta que es mi alma gemela sin tener casi nada en común conmigo, pero será por eso mismo por lo que nos complementamos tan bien.

Mi novia es única, y no sé qué haré de aquí a unos días cuando sus padres vuelvan y dejemos de vivir bajo el mismo techo.

Ojalá retrasen aún más el viaje.

Imposible, ya sería la tercera vez.

Miro entre los vestidos pero sin prestarle atención a alguno y suspiro, imaginando mi vida de aquí a un mes también, cuando Ginebra se mude a Italia. Estas semanas juntos hemos hablado de muchas cosas, entre ellas, de eso, de cómo será separarnos, de como nos vamos a organizar para vernos, y de como joder a la distancia para que todo salga bien entre nosotros.

Ella dice que está segura de que vamos a ir hacia adelante, como lo consiguieron sus padres, pero yo tengo que tener los pies en el suelo aunque tenga toda la fe del mundo.

No quiero que la caída me destroce.

En cuanto a sus sentimientos, soy consciente de que ella tiene su tiempo y yo no voy a ser quien los marque, pero estoy seguro de que su corazón cada vez es más mío que suyo, como el mío lleva su nombre tatuado en todas partes.

—Mira, amor ¿te gusta? —mi novia me saca de mis pensamientos y miro la prenda que sostiene entre sus manos, que me hace abrir los ojos ya que no me esperaba que esto le gustase a ella.

Es un pijama de seda corto y con transparencias, color negro, y de solo imaginarme a Gin con esto puesto, me  estoy poniendo malísimo.

Parpadeo, rozando la prenda con mis dedos —Me encanta —la miro —¿Pero a ti te gusta esto de verdad? Eres de pijamas de unicornios y minions.

Gin sonríe y frunce el ceño, acercándose a mis labios —No tiene sentido usar un pijama de unicornios en nuestra primera vez juntos.

¡Hala!

El sexo.

Tema complicado pero que ella parece normalizar de una manera que me descoloca, porque está acelerando el asunto y me da la sensación de porque se cree que me cansaría de ella si no pasa nada de aquí a poco tiempo, y todos sabemos, que muy lejos de la realidad.

Yo con Gin quiero ir despacio, y no quiero adelantar ni forzar nada porque así las cosas no salen bien, por eso mismo debo confesarle que estoy en el mismo punto que ella y que hasta que no nos sintamos preparados, no haremos nada.

Yo me muero de ganas, pero que surja, que no sea buscado.

Termino con la distancia que nos separa y la beso, negando cuando me aparto de ella —Nena, me pondré igual de caliente con tus pijamas de siempre, no digas tonterías, además acabarán en cualquier parte, nos lo necesitaremos cuando vayamos a hacerlo.

Gin niega, dejando la prenda sobre la percha de nuevo —Quiero que salga bien.

—No planifiques, Gin.

LA SOMBRA DE LAS MARIPOSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora