La niña no es tan niña

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Capítulo 8. Estamos orgullosos, Gin

Gin.

Tengo mis ojos cerrados con fuerza, mis dedos cruzados y estoy mordiendo mi labio mientras espero que papá hable.

No puede estar tardando tanto, pero es que le encanta ponerme...

—Todo sobresaliente.

—¡Ahhhhhh!

El grito se ha oído en la otra punta del país, y por cómo mi hermano se ha tapado los oídos, seguro que he gritado con la misma intensidad que mi mejor amiga, pero es que no es para menos.

¡He aprobado todo y con sobresaliente!

El esfuerzo ha merecido la pena y no me puedo sentir más orgullosa de mi misma, sobre todo porque muchas veces he querido dejar los estudios por la presión que ejercían sobre mí. Ahora estoy a pocos meses de empezar la carrera de mis sueños por no hacer caso a esa presión.

Mamá se acerca a abrazarme con fuerza y mí padre abre la botella de champán que ha comprado el abuelo Patrick, el cuál me está aplaudiendo con su puro en los labios.

—Estoy tan orgullosa de tí, cariño —me dice mamá al oído —Eres todo un ejemplo.

—Gracias, mamá, si no llega a ser por vuestra motivación no sé qué hubiese pasado.

—Pues seguro que hubieras podido, mi amor, eres pura constancia y no te va eso de rendirte.

Hago una mueca —No lo creo, muchas veces lo he pensado, pero si es verdad que he sabido donde debía acabar mi camino.

—Por eso, ves —apunta mi padre pasando un brazo por mis hombros —Estoy orgulloso de tí, enana.

Una enorme sonrisa aparece en mi rostro y me dejo caer sobre su pecho, dando después las gracias a mis abuelos y mi hermano que también se encargan de dejarme claro que se sienten orgullosos de mí.

Es verdad que he puesto mucho de mí parte, pero si no llega a ser por el tío James...

—¿¡Quien se va a Berkeley!? —Sienna entra al salón de casa de mis abuelos, gritando, y sonrío, viendo a mi prima saltar.

—¿¡Te han cogido en la Universidad de California!? —pregunto emocionada.

—¡He sacado todo sobresaliente, prima favorita!

Gritamos al unísono y nos abrazamos, saltando mientras tanto y haciendo reír a   todos que ahora están saludando a mis tíos y a mi primo Brandon.

Sienna es la única que al final ha decidido no estudiar en una Universidad privada, y lo suyo tiene mucho más mérito porque la demanda en la Universidad a la que va a ir es altísima, por eso ahora entiendo sus noches enteras de llanto y sus siestas en medio de clase.

Mis notas determinaban mi futuro porque según lo que sacara, mis padres me daban la oportunidad de irme o quedarme aquí, no por entrar o no, y ahora les agradezco la motivación porque a pesar de todo me he esforzado por sacar el curso adelante y totalmente limpio.

—Hemos venido corriendo porque no quería esperar a contároslo y he dejado a Luke a medias en la llamada —dice tía Nat —Esta niña y su impaciencia.

Mi prima rueda sus ojos haciéndome reír y me acomodo en los brazos del tío John, que se acerca a abrazarme desde atrás mientras besa mi cabeza repetidas veces.

—Mamá, la notoriedad de tus preferencias hace que me sienta mal —Sienna suspira y se cruza de brazos —Piensa que un día tuviste dos hijos más aparte del mayor.

LA SOMBRA DE LAS MARIPOSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora