el kamikaze

183 23 2
                                    

Capítulo 36. "Destruiré todo lo que tenga que ver con ella"

Trace.

Lo siento, pero no tengo la fuerza ni las ganas para hacer un reporte divertido, como de costumbre.

Una parte de mí está paralizada, ahí, en esa cama, junto a Noah, inmóvil y sin dar señales de vida alguna, aunque parezca extraño. Pero es que literalmente estoy rota, solo quiero llorar, y necesito encarecidamente que mi primo se ponga bien porque si no perderé el rumbo, y no sabré vivir sin él.

No quiero dramatizar mucho. Mi madre me ha dicho que hay que ser positivos, mandar positividad a Noah y tener claro que va a salir de esta, ileso, pero no puedo dejar de ponerme en lo peor, y eso me está matando por dentro.

Observo como mi mejor amiga duerme junto a Batman y suspiro, sabiendo que nos tenemos que ir a casa a darnos una ducha y a comer algo porque no quiero volver a oír reclamos por parte de nadie, por eso me levanto del sillón y camino hacia la camilla de hospital, para pasar una mano por el pelo de Gin y así llamar su atención.

Estas horas han sido espeluznantes, nunca había visto a padrino tan mal, y me ha roto pensar en cuando Noah se despierte y le tengamos que dar la noticia de que Drake...

El coche que venía de frente impactó por el lado del copiloto y ha sido tan incontrolable, que ahora el hijo adoptivo de Jeremy, está muerto.

Gin suspira y abre sus ojos, girándose lentamente hacia mí —Hola, Gin Gin

Mi sonrisa triste hace que ceño se frunza —Hola ¿que pasa?

Niego, viendo como se incorpora —Deberíamos de ir a tu casa y cambiarnos, comer algo y descansar.

Mi mejor amiga abre sus ojos de par en par, como si le hubiese dicho una locura —No me voy a mover de aquí, Trace.

—Pero Gin, sabes que...

—Tracy —me interrumpe y agarra mis manos, haciéndome cerrar los ojos —Haz lo que tengas que hacer, pero no cuentes conmigo, no me pienso mover de aquí.

¿Para que le voy a discutir?

Asiento mientras me acerco a dejar un beso en su mejilla y ella me sonríe, antes de ver como voy hasta mi rubio y dejo un beso en su frente después de dárselo a ella.

Este chico me debe una por todo lo que me está haciendo llorar.

Salgo de la habitación agarrando mi coleta alta y veo a lo lejos a tía Oli, junto con Mase, que lleva a Marie en brazos. Me acerco a ellos y la hermana pequeña de mi madre me sonríe, pasando un brazo por mis hombros.

—Hola, mi amor, por fin te veo.

Sonrío con ella y la abrazo. Hace meses que no la veo, y teniendo en cuenta que es demasiado pasota con todo, ya no recordaba ni su cara.

Aunque no pare de llamarme y mimarme como la que más.

—Hola, tía ¿cuando has llegado?

—Hace un rato, cariño —acaricia mi pelo —He tenido que esperar que tía Charl hiciera la maleta.

—¿Y donde está?

—En casa de sus padres, mi vida, vendrá más tarde. Ahora necesitamos estar apoyando al tío Jeremy y sus hermanos somos los únicos que podemos hacerle el aguante.

—¿Has visto a Noah?

Mi tía niega y cierra sus ojos, nerviosa —No me ha dado tiempo, esta mocosa me ha interceptado en el camino.

Señala a Marie y la veo muy seria, en brazos de mi ex novio, con su carita sobre la de Mason mientras este acaricia su espalda. Los niños no deberían estar aquí, pero no voy a hablar de lo que han formado cuando tía Lana le has dicho que se irían a casa de los abuelos.

LA SOMBRA DE LAS MARIPOSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora