Capítulo final: "Escuché que a mi Batman le hacía falta su Robin"
Nueva York, diciembre.
Noah.
Meses de rehabilitación, visitas al psicólogo, rachas malas, rachas buenas, bajones, momentos felices, explicaciones, interrogatorios, juicios, viajes a Italia, entierro...
Estos meses han sido una montaña rusa de sensaciones y sentimientos. Un trae y lleva de explicaciones y un sin fin de altibajos que sigo tratando con mi psicóloga, a la cuál se lo estoy poniendo un poco difícil.
¿Pero que le vamos a hacer? Unas muletas no es una caja de roble, y la muerte de mi hermano no es moco de pavo.
Si, me sentí culpable durante mucho tiempo, y enterarme de como fue todo, quien lo provocó y lo que desencadenó, me destrozó por dentro, me arañó el corazón, y me torturó hasta el punto de querer dejar la rehabilitación y quedarme mal para toda la vida.
De la lesión no voy a hablar. Quiero olvidar lo que me pasó.
Pero ahí estuvo mi padre, que fue mi verdadero sostén, mi madre, que me acompañó en cada paso, mis amigos, que siempre encontraban la forma de hacerme reír, mi familia, que me apoyó incondicionalmente, Trace, que es mi mayor fuente de energía, y...
¿Hablamos ya de ella?
¿Hablamos de la chica que usa pijamas de barbie, que le encanta dibujar y pintar cuadros, y que vive soñando con palacios de cristal?
¿Hablamos de la que estuvo ahí en todo momento, me alentó, me ayudó y secó cada una de mis lágrimas? ¿Hablamos de la que un día llegó a mi vida con dos dientes menos y siendo el ser más repelente del planeta tierra pero logró conquistarme desde el minuto uno?
Si ¿No?
Hablemos de la protagonista de esta historia, de mi historia. Mi bebida alcohólica favorita y amor de mi vida.
La que me hace temblar con una jodida sonrisa y una simple mirada...Gin.
Suelo ser repetitivo cuando hablo de ella, pero uno siempre habla de sus sueños, y ella es el mío hecho realidad.
Este tiempo no ha dejado de estar al lado mío. Dos meses después del accidente, se fue a vivir a Italia, y yo me fui un tiempo con ella, pero descubrí que me quedaban cosas por resolver en Seattle, y tuve que pedir que me esperara.
Y lo hizo.
Y por supuesto lo hace.
Ahí estamos, viéndonos en vacaciones, hasta que yo acabe de estar bien y me vaya con ella, me quede definitivamente viviendo a su lado.
Lo veo lejos por como todo se me complica cada vez más, pero para mí nada es imposible, y pido que el tiempo pase rápido.
—Italia te espera, amore mío —Gin habla del otro lado de la pantalla y sonrío, mordiendo mi labio después.
—¿Y tú me esperas, Ginebra?
Mi chica se ríe —En cada dibujo y cuadro que pinto, Batman, así te espero.
Una sonrisa se acomoda en mis labios y niego, llevando la copa de champán que tengo en mis manos, a mis labios, y dando un pequeño buche mientras mis ojos admiran Nueva York y mi mente a mi novia.
—¿Quieres ser mi héroe?
¿Eh?
Me giro al oír esa voz y miro hacia abajo, encontrándome a Danielle con su pijama de Elfo, agarrada a la mano de Star, que está entretenida comiéndose un árbol de Navidad de chocolate.
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LA SOMBRA DE LAS MARIPOSAS
Teen FictionGin quiere sentir las famosas mariposas de las que su madre siempre habla y vivir un amor único e incondicional como el que vivieron sus padres. ¿Conseguirá encontrar lo que busca a pesar de la dificultad de su lista de condiciones? Un cambio de v...