Capítulo 67 La verdadera mente detrás del juego

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Al momento en que cerró sus ojos esperó que cuando volviera a abrirlos le recibiera el calor de la llamas mientras su cuerpo se doblegaba del dolor, pero lejos de sentir eso, solo vio ante si, un sencillo tocador de madera y entonces sus ojos negr...

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Al momento en que cerró sus ojos esperó que cuando volviera a abrirlos le recibiera el calor de la llamas mientras su cuerpo se doblegaba del dolor, pero lejos de sentir eso, solo vio ante si, un sencillo tocador de madera y entonces sus ojos negros se fijaron en los finos rasgos de una señorita de al parecer doce años. El miedo fue lo primero en reflejar en su rostro, seguido de un grito ahogado ¿qué significaba todo esto? ¿Acaso había vuelto al pasado? Pero ¿cómo?

— Nuriko —habló una voz firme a su espalda causándole un escalofrío, enseguida su cuerpo se uso alerta y giró torpemente para ver a su figura materna

— M...Madre... —balbuceó antes de apresurarse en hacer una reverencia— ¡buenos días-!

"¡Splash!"

— ¡¿Cuántas veces te lo he dicho?! ¡No balbuces de esa forma! —exclamó su madre con una expresión dura y de completa decepción en su rostro— ¡¿acaso no valoras lo mucho que trabajo para que puedas vivir y ser una dama?!

— ¡No, madre! ¡Yo-!

— ¡Guarda silencio! ¿Crees que puedes desafiar lo que dice tu madre? —le cuestionó tomándole del mentón con fuerza— tu padre nos abandonó por otra mujer y me dejó sola contigo, he dado todo de mi para poder sacarte adelante, así que lo mínimo que puedes hacer es aprovechar tu belleza e ingenio para ser una buena candidata a esposa ¿acaso no dijiste que quería obtener mi aprobación y que estuviera orgullosa?

— Si, madre...

— Entonces deja tus estúpidos pensamientos de lado, no llores, ni te quejes y enfócate en prepararte para ser una mujer hermosa, sumisa y obediente ¿lo has entendido?

— Lo he entendido —respondió tratando de aguantar sus lágrimas ante la mirada fría de su progenitora, quien finalmente soltó su mentón con fastidio para luego abandonar la habitación

Una vez se vio sola, Nuriko pudo soltar el aire que había estado reteniendo por el miedo, incluso su cuerpo temblaba y los deseos por derramar lágrimas era enorme. Su madre, quien era su única familia había sido una presencia dura desde que tenía memoria, estaba en contra de que una mujer intentara resaltar en la sociedad, pues creía firmemente que lo único que se necesitaba en la vida era un buen esposo que llevara el dinero al hogar, mientras que la esposa debía cuidar del mismo y atender a su marido con la cabeza baja, además de criar a los niños

— Es un sueño... debe serlo... —susurró para si misma al visualizar su habitación, todo era tan vivido que parecía real

— ¿Quién dijo que era un sueño? —inquirió una suave voz desde el pasillo que daba al pequeño patio— si realmente lo fuera, creo que deberías denominarlo como una pesadilla, ya que tu cuerpo tiembla ante el solo hecho de estar aquí

— ¡¿Quién eres?! —exclamó Nuriko dirigiéndose a paso rápido hacia el lugar para encontrar ante si a una hermosa mujer de largo cabello rojo y vestimenta blanca, sus ojos grisáceos le miraban con pena y compasión

𝙁𝙧𝙖𝙜𝙖𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙋𝙚𝙧𝙖 - 𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora