Capítulo 14 Una Falsa Sonrisa ꪜ

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Ese día el entrenamiento había sido especialmente fuerte

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Ese día el entrenamiento había sido especialmente fuerte. Tōjuro fue el último junto a su superior en marcharse después de una larga jornada de práctica pues el joven había recuperado su concentración y buen ánimo, por lo que ese día sus compañeros aprovecharon en tener un duelo con él

— ¡Todos desbordaban pasión y fuerza hoy! —soltó Tōjuro encantado mientras le contaba su día a su madre

— Puedo notarlo con solo verte tan sudado y con las mejillas rojas —bromeó Ruka pellizcándole levemente— ve a ducharte y descansa hasta la cena

— ¡Si, madre! Pero... ¿y Senjuro? ¡no lo vi al llegar!

— Oh, tenía que ir a estudiar con sus amigos a la biblioteca, ya debería estar en camino

— ¡Ya veo! —soltó Tōjuro en respuesta mientras se retiraba a ducharse

Al llegar a su habitación dejó a un lado su estuche donde guardaba su espada de practica para luego deshacerse de su uniforme y colocarlo en el cesto cercano y meterse a su baño. El espejo se encontraba empañado por el vapor que despedía el agua caliente, Tōjuro dejó caer su mano en un vago intento de limpiarlo

Como un adolescente se sentía feliz de que su cuerpo se estuviera desarrollando con el entrenamiento pues si aspiraba a ser uno de los mejores de su equipo y llegar a las finales regionales, debía cuidar y mantener su cuerpo en forma. Incluso notó que su cabello estaba creciendo, aquel pensamiento le hizo llevar su mano hacia algunos mechones del lado izquierdo de su frente y levantarlos revelando una pequeña cicatriz

Tōjuro no recordaba como se había hecho eso, su madre le dijo que fue cuando era pequeño por una caída, sin embargo él si guardaba escasos recuerdos de haber estado en el hospital algunos días, más sus padres habían negado rotundamente tal hecho.

— ¡Tomar un baño después de ejercitarse es lo mejor! —exclamó el joven secando enérgicamente su cabello hasta convertirlo en una extraña melena

La cama se sentía tan bien que era muy seguro que no demoraría en caer dormido, sin embargo Tōjuro se detuvo a pensar en los hechos de los últimos días, sus practicas, clases, Ririka... ese último pensamiento le hizo tomar su almohada y apretarla, pues había notado que al estar junto a la muchacha decía cosas que podían sonar muy penosas, pero de verdad quería apoyar a su amiga

Luego estaban las espadas, el joven aún se sentía extraño y bastante curioso desde que sostuvo la espada con la empuñadura de Loto, pero ¿y la otra? Se supone que la empuñadura con forma de flama pertenecía a un Rengoku y si él la tomara ¿sentiría también algo?

"No lo sabrás, sino lo intentas"

Con ese último pensamiento Tōjuro cayó finalmente dormido mientras su madre minutos después entraba para soltar un suspiro y cubrirle con una manta. No importa cuanto tiempo pasara su hijo seguía siendo un niño para ella, sin embargo debía reconocer que Tōjuro cada día crecía y aprendía más

𝙁𝙧𝙖𝙜𝙖𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙋𝙚𝙧𝙖 - 𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora