Capítulo 31 Impotencia y Locura ꪜ

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Capítulo dedicado a: _Katty_9

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Capítulo dedicado a: _Katty_9

Los hilos son tan finos que puede parecer que en cualquier momento pueden romperse, pero hay hilos que por más que tires no cederán o incluso pueden llegar a lastimarte. Así como las relaciones humanas van y vienen, unas son duraderas y otras se desvanecen como el rocío de la mañana, pero también existen aquellas que pueden herirnos y dejarnos vacíos. Esas emociones son muy difíciles de olvidar

Ese miedo a lo incierto, aquella reacción al escuchar un ruido desconocido en alguna parte siendo que a lo largo del tiempo tantas creencias y mitos llegaron a formarse. Ahora no era muy diferente y Rengoku Tōjuro que aún observaba el palillo roto sobre la mesa se preguntaba que pudo significar aquel mensaje inconcluso

— ¿Tōjuro? —musitó su madre, Ruka preocupada por su expresión de sorpresa y nerviosismo— ¿te sientes bien?

— Si, madre... —respondió pues no sentía ningún dolor en su cuerpo— solo me sorprendió que mi palillos se rompieran

— Tal vez ya estaban algo viejos —intentó calmarle, sin embargo ella comprendía lo que aquejaba a su hijo mayor

— Supongo que si... —suspiró intentando alejar aquellos pensamientos negativos pero un ligera molestia comenzó a aquejarle haciendo que se tocara el lado izquierdo de su sien— creo que me duele un poco la cabeza

— Iré a buscar algo para ello

Ruka era una madre muy diligente, por lo que siempre se preocupaba ante cualquier molesta o dolor que presentaran sus pequeños. Los ojos dorados aún confusos buscaron despejar su mente, sin embargo la imagen de Ririka, su cabello suave y ojos verdes decoraban cada rincón de sus recuerdos, ansiaba verla

— ¿Vas a quedarte sentada sobre la hierba, mi querida sobrina? —le cuestionó Toshiro sonriendo— no me gustaría que tu lindo vestido se ensuciara

— Me quedaré aquí —declaró Ririka mirándole con desconfianza— no quiero ir al interior de sus estancias

— ¿Por qué dices eso? Si este pabellón fue en donde naciste y creciste —le recordó el hombre con una expresión triste— pensé que te agradaría recorrerlo conmigo mientras charlábamos

— No tengo nada que hablar con usted —le cortó alejándose un poco— mi madre no estaría para nada a gusto si viera esto

— Pero tu madre está muerta desde ya mucho tiempo —le devolvió con una mirada seria— lo muertos no pueden salir de sus tumbas y mucho menos vernos —añadió plantando una sonrisa de descaro en su rostro

— Le pido que sea más respetuoso en sus palabras, mas allá del apellido Yamamotoyama me importa más la memoria de mi madre —admitió Ririka con una mirada firme

— ¡Que fría eres, Ririka! —soltó el hombre alargando su mano para tocar el rostro de la joven

— ¡No me toque! —exclamó la peliverde dandole un manotazo— ¿acaso cree que he olvidado sus acciones y lo que me dijo cuando era una niña? ¡No sea tan sinvergüenza!

𝙁𝙧𝙖𝙜𝙖𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙋𝙚𝙧𝙖 - 𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora