Capítulo 55 ¿Quién eres ahora?

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Luego de proponer tal cosa, la vergüenza de Ririka fue creciendo poco a poco y su rostro completamente rojo era una prueba de ello y el hecho de que Tōjuro se hubiera quedado de piedra observándole no le ayudaba mucho, por lo que la pobre terminó ...

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Luego de proponer tal cosa, la vergüenza de Ririka fue creciendo poco a poco y su rostro completamente rojo era una prueba de ello y el hecho de que Tōjuro se hubiera quedado de piedra observándole no le ayudaba mucho, por lo que la pobre terminó tomando el cojín cercano para cubrirse porque de lo contrario terminaría rogando para que la tierra se la tragara. Aún así se sentía bastante orgullosa de si misma, pues en el pasado no era capaz de dar el paso para "eso"

"¡Vamos, soy más valiente!"

— Tōjuro... —le llamó suavemente mientras bajaba poco a poco el cojín, dejando solo ver sus ojos verdes y mejillas sonrojadas. La imagen fue lo suficientemente estimulante para que el mencionado sintiera un fuerte golpe en su pecho, simplemente ardiente y fulminante

— Lo siento, Ririka —susurró Tōjuro cubriendo su rostro con una de sus manos— ¡¡eres demasiado injusta!! —añadió dejando ver su rostro también sonrojado

— ¿Dije algo malo?

— ¡No, para nada! ¡Más bien estoy muy feliz de que me permitas quitarte ese vestido!

— "Ese"

— Lo ibas a usar para casarte con Rikuto...

— ¿Celos?

— Muchos

— ¿Lo odias?

— ¡No podría, ya que soy yo quien está en el corazón de Ririka! —exclamó lleno de confianza a lo que la peliverde volvió a sonrojarse

— Se que cometí un gran error antes, fui cruel en mis palabras y es algo que probablemente nunca voy a poder perdonarme u olvidarlo, pero es por eso que quiero hacer lo posible por esta vez demostrar que... —susurró Ririka cabizbaja antes de alzar su verde mirada en dirección a su amado— la única persona a la cual veo y llevo en mi corazón, eres tú —añadió señalándole en su corazón— la única verdad es que te amo, Rengoku Tōjuro

— Ririka, ambos nos sentimos culpables de algo y al mismo tiempo no tenemos la intención de señalar al otro, entonces es claro que queremos lo mismo y eso es recuperar ese tiempo perdido y llenarlo de más momentos felices ¿no es así?

— Si, tienes toda la razón

— Entonces, me permitiré ser más egoísta y aceptar tu encantadora oferta —añadió con un ligero tinte de coqueteo mientras se acercaba para besarle

Ririka se mostró algo sorprendida ante la acción, sin embargo al sentir el ligero roce de aquellos labios con los suyos, decidió olvidarse de todo y aferrarse con fuerza a su amado sol, quien le tomaba suavemente por la cintura. Al cabo de unos segundos el beso se tornó más demandante y la peliverde ahogó un gemido cuando sintió como Tōjuro abandonó sus labios para besar su barbilla y finalmente su cuello

Ambos era conscientes de que cada vez estaban siendo más desesperados, por lo que Ririka le susurró en su oído que debía bajar el cierre del vestido que estaba oculto por su cabello, enseguida las hábiles manos de Tōjuro lo encontraron y deslizaron hacia abajo haciendo que ambos se pusieron de pie con cuidado y con un movimiento sordo el vestido cayera sobre la alfombra mullida

𝙁𝙧𝙖𝙜𝙖𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙋𝙚𝙧𝙖 - 𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora