Capítulo 21 Día Agitado ꪜ

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Los últimos días habían sido toda una locura para Ririka, pero si antes se quejaba por tener educación física ahora agradecía enormemente que pudiera mantenerse corriendo y ocultando de un lado a otro ante los micrófonos de los periodistas y sus c...

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Los últimos días habían sido toda una locura para Ririka, pero si antes se quejaba por tener educación física ahora agradecía enormemente que pudiera mantenerse corriendo y ocultando de un lado a otro ante los micrófonos de los periodistas y sus cámaras que no parecían perderse ni un solo detalle de ella como que había anudado mal su listón del uniforme

Kazuyoshi se las había arreglado para que al menos esas personas no se enteraran de donde residía actualmente pues todos creían que ellos seguían viviendo en la mansión principal de la familia Yamamotoyama y era mejor que continuara siendo así sino su abuela y actual cabeza de la familia se escandalizaría y enojaría

Podía pasear libremente por el vecindario sin problema alguno así como madrugar para tener el camino libre pues una vez llegaba al puente que conectaba con el centro comercial Ririka debía correr por su vida hasta llegar a la entrada de la academia Sekirei en donde le esperaban Kanae y Shinobu listas para cubrirla

"La prensa da miedo"

Actualmente se encontraba algo debutativa de salir mientras se colocaba sus zapatos y tomaba su bolso. Desde el comienzo su hermano mayor le había dicho que podía disponer de Kizuka, pero ella no deseaba ser una molestia para el hombre y mucho menos ponerle en apuros con su ya ajetreada agenda

Ella tenía ya quince años y muy pronto dieciséis, lo mínimo que podía hacer era arreglárselas para ir y volver de clases sin problemas. Como el invierno ya se estaba haciendo presente se colocó un abrigo sobre su uniforme logrando cubrir la parte superior para tratar de pasar desapercibido y finalmente un gorro de invierno en el cual debía esconder su largo cabello dejando unos cortos mechones verdes

— Ya me voy —se despidió en voz baja pues Tamaki aún dormía y su hermano no se encontraba en casa

El paisaje que se abría a sus ojos se había cubierto totalmente de blanco mientras que su suave respiración formaba una ligera neblina del mismo color. Ririka comenzó a tararear antes de colocarse sus guantes y tomar la tetera de agua tibia para volcarla sobre el cerrojo de la puerta pues cada mañana terminaba congelado por el frio

— Mamá amaba el invierno... —recordó algo cabizbaja al ver como sus zapatos se hundían levemente en la nieve

Realmente existen personas que por más que te rodees y conozcan a otras nuevas no pueden ser reemplazadas, ese lugar siempre quedara vacío por más que intentara llenarlo. Ririka alzó su verde mirada hacia el cielo al sentir que las lágrimas querían salir, pero nuevamente el destino decidió alejarse de esos nostálgicos recuerdos de una forma muy amable, con un golpe

— ¡Juro que por aquí me pareció verlo! —habló una voz de chico algo nerviosa

— Más te vale o te mataré —le aseguró una voz femenina

— ¡Nee-chan, eres muy cruel!

Ririka se sobó la frente mientras recogía un pequeño bolsillo de colores que parecía contener algo un poco pesado dentro. Las voces se fueron acercando hasta que finalmente dos personas se hicieron presentes, un chico alto de cabello negro con una expresión visible de dolor pues su oreja era jalada por una chica un poco más baja que él

𝙁𝙧𝙖𝙜𝙖𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙋𝙚𝙧𝙖 - 𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora