Capítulo 66 La ironía del Destino

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Entre la agonía y el dolor que se sentía, Kazuyoshi daba lo mejor por retener sus lágrimas, sin embargo el nudo en su garganta solo empeoraba las cosas y como si su mente misma se dignara a acomodar más piezas del rompecabezas, piezas que desconoc...

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Entre la agonía y el dolor que se sentía, Kazuyoshi daba lo mejor por retener sus lágrimas, sin embargo el nudo en su garganta solo empeoraba las cosas y como si su mente misma se dignara a acomodar más piezas del rompecabezas, piezas que desconocía que vivían en algún rincón de su mente. Los verdes ojos refulgieron al ver con claridad la silueta cansada y algo tambaleante de su padre, Ririka era más pequeña, por lo que corrió sin dudarlo ni un segundo a los brazos de su progenitor

— ¡Papi, has vuelto! —exclamó la pequeña con sus mejillas sonrojadas y sus verdes ojos brillantes de alegría— te he extrañado mucho papi, por favor ya no te vayas... —le pidió tocando con sus pequeñas manos el rostro de su padre

— ¿Se encuentra bien, padre? —recordó haber preguntado al notarle más silencioso que de costumbre, sin embargo la sensación de que no estaba bien seguía presente

— Estoy bien, mis pequeños —suspiró Kiyoshi dibujando una sonrisa en su rostro, pese al dolor que estaba sintiendo, con el pasar del tiempo le costaba respirar y su vista no le permitía observar con claridad a sus niños— ¿se han portado bien? ¿Ya han cenado?

— ¡Ya lo hicimos, papi! ¡Tamaki hizo un delicioso postre de pera, era tan suave que se derretía en mi boca!

— ¿En serio? ¿Tanto te gusta la pera? —rió el hombre alzando a su hija para situarla en un lado de su regazo— mi hermosa y dulce Ririka, cada día que pasa te veo más grande, curiosa y fuerte. Tal parece que has sacado un lado de tu padre —negó algo triste

— ¿Eso es malo? Yo soy hija de papi, así que es normal parecerme a él, pero también soy muy parecida a mi mami —declaró con una sonrisita que daba a demostrar su orgullo— ¡por eso creceré tanto...! ¡Para ser una mujer hermosa como mami!

— Si, sin duda lo harás. Serás fuerte y segura de ti misma, pero recuerda mi pequeña hojita, no importa cuan fuerte sea la brisa, la lluvia o el calor, debes seguir de pie y aferrarte a la vida, vive y crece para que así puedas florecer hermosamente —le pidió mientras acariciaba algunos mechones de su largo cabello verde

— Papi, no lo entiendo... —negó Ririka al haberse perdido en las primeras palabras— ¿acaso voy a desaparecer?

— ¡No! —exclamó Kiyoshi serio— eso jamás sucederá, ustedes siempre se mantendrán juntos, tal y como los guisantes ¿verdad?

— ¡Si, es verdad!

— Padre... —susurró Kazuyoshi con el ceño fruncido, ya que esa mirada que reflejaba cansancio, aquellas sonrisa que aparentaba estar bien y palabras confusas que aún escapan de su comprensión, todo eso lo hizo su madre antes de fallecer— usted también permanecerá con nosotros ¿verdad? Siempre estaremos juntos ¿no?

— Kazuyoshi... —su padre le conocía, sabía que siempre intentaba ser un niño fuerte por su hermana, sin embargo aquel ceño fruncido parecía querer ablandarse y reflejar miedo a lo incierto de sus palabras— hijo, ven aquí —le indicó para que sentara en el lado libre de su regazo— ¿por qué preguntas algo tan obvio? ¡Por supuesto que su padre siempre estará con ustedes!

𝙁𝙧𝙖𝙜𝙖𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙋𝙚𝙧𝙖 - 𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora